editorial periférica

12 abril 2008

TRABAJOS DEL REINO en GARA

En Mugalari, suplemento del diario vasco Gara, se publicaba hace unos días esta reseña de Trabajos del reino, firmada por Pedro Tellería y titulada "Cantar al Rey maldito":

Conozco la existencia de los narcocorridos gracias a dos fuentes: un programa de Radio 3 y la última novela de Pérez-Reverte. Por eso me llamó la atención Trabajos del reino, la novela de Yuri Herrera, un mexicano que ha desarrollado su carrera académica a ambos lados de la frontera y que en 2004 publicó este libro que relata la historia del Artista, un cantante de cuyas cualidades queda prendado el Rey –a saber, el líder de un clan mexicano dedicado a los negocios sucios–. Puede imaginar el lector, por esos nombres, que no estamos ante un relato realista al uso, sino frente a un interesante híbrido literario que destaca por varias virtudes. Por un lado, Herrera adopta registros en principio muy alejados de la historia contada, porque Trabajos… destila desde la primera página un aroma que mezcla cuento infantil y teatro clásico anglosajón. Rechazando jugar la carta del realismo, Herrera sorprende construyendo su historia a modo de fábula gracias a tres recursos: personajes sin nombre propio (el Rey, la Bruja, el Periodista, etc.), espacio sin identidad definida (es una Corte por donde deambulan los personajes como en un drama de Shakespeare) y tiempo difuminado (tan sólo algunas referencias actuales para anclar la historia). Por otro lado, Herrera emplea un lenguaje que se separa del estándar castellano en muchas ocasiones. Adoptando giros y palabras de aquellas tierras, el texto se aleja del lector creando ese efecto de extrañamiento que tantas veces sentimos por estas latitudes cuando accedemos a literatura latinoamericana. Su estilo se completa con recursos que se remontan al Siglo de Oro y con cierta musicalidad implícita en la prosa que se adecúa perfectamente a la historia de un cantante de corridos. Esto último engarza con el tercer acierto de la novela. Trabajos… es un metacorrido en prosa que narra la historia del Artista, un tipo de la calle a quien el azar lo lleva a conocer las disputas e intrigas del cártel cuyo Rey lo contrata para cantar su vida y milagros. Ello le permite aprender las miserias de la Corte y extraer su propia enseñanza. Lo anterior da pie a hablar de los aciertos temáticos de la obra, que también los tiene. La breve novela de Herrera plantea de forma muy sutil un antiguo debate que hoy día sigue, si cabe, más vigente que nunca. ¿Qué relación hay entre arte y política? ¿Puede un artista sentirse libre y a la vez cantar al poderoso, aunque sea ilegal, y cobrar de él? Si bien en la novela no queda del todo claro quiénes son los enemigos del Rey (el Orden, otro clan o el Heredero) ni quiénes lo vencen, Herrera pone sobre el papel los elementos necesarios para que el lector, en el más puro estilo de la novela picaresca, dude de la integridad de todos (protagonista incluido) sin que por parte del autor asome huella alguna de dogmatismo.
Buena primera novela Trabajos del reino. Equilibrada en fondo y estilo, trufada de hallazgos formales e incitando a una reflexión que el lector debe completar. La frontera es un espacio que sigue dando excelentes resultados literarios. Bien sea desde el norte –No es país para viejos (Cormac McCarthy)– como desde el sur o desde la misma raya, la mezcla explosiva de violencia, pobreza y corrupción está inspirando historias que enseñan al lector mucho sobre la condición humana cuando está al límite.