editorial periférica

12 abril 2008

PROYECTOS DE PASADO en ABC

Miguel Sánchez-Ostiz reseña hoy Proyectos de pasado, de Ana Blandiana, en el suplemento de ABC:

La literatura rumana actual, y la pasada también, es una gran desconocida, en lamedida en que, por ejemplo, Crai de Curtea Veche, de Caragiale hijo, o esa joya de Ion Peltz, Calea Vacaresti, no están publicadas en castellano, por no hablar del ciclo Orbitor de Cartarescu. De hecho, no todo lo que se publica,más en beneficio del editor y del traductor que de los lectores, es de verdad interesante y representativo de lo que se escribe hoy en Rumanía. En el país de los ciegos, el tuerto es rey, y el capricho y la cuquería del yo-te-doy-tú-me-das, mandan.
Hay una generación de autores rumanos vigorosos, de gran capacidad de invención literaria y ambición intelectual (importa poco el género, como lo prueba el ensayo de Viorica Patea, la traductora) que, como Ana Blandiana (1942), y también más jóvenes, conocieron y padecieron en edades diferentes la dictadura comunista y la ominosa y demente era Ceaucescu, y han de contarlo.
Ana Blandiana, en los relatos reunidos en Proyectos de pasado (1982), tiene el enorme talento, y el coraje, de relatar a través de unos «cuentos fantásticos», de una belleza formal indiscutible, lo que era la vida cotidiana bajo la tiranía de Ceaucescu; algo más que un mero exorcismo personal: la precariedad de la vida cotidiana, el miedo a las delaciones, el miedo a secas, la falta de libertad, las deportaciones...
Los relatos de Blandiana se mueven entre lo fantástico, una forma de narrar que tiene deslumbrantes raíces rumanas, y la crónica o alegato fiscal de quien ejerce el derecho urgente de reclamar que el paso del tiempo no absuelva el oprobio padecido por las víctimas de un régimen totalitario de perfiles claramente psicopáticos –de hecho, es necesario hablar de la psiquiatría oficial como cómplice de la represión–. Para pruebas de la riqueza de la literatura rumana: Ana Blandiana, grande, un regalo que emociona y conmueve sin remedio.