editorial periférica

17 febrero 2008

FOGWILL entrevistado en EL PERIÓDICO DE EXTREMADURA

"Mi vejez es un exceso sin droga". Éste es el titular de la entrevista que firmaba hace unos días en El Periódico de Extremadura el periodista y narrador Liborio Barrera. Sigue así:
"Siempre fui indiferente a la realidad, porque cuando vale la pena entra sola en los textos", dice Fogwill.
Fogwill es apellido que se ha convertido en nombre (el nombre es Rodolfo Enrique Fogwill). Ese apellido procede de Devon (Reino Unido). Lo llevó su abuelo a Argentina. Él mismo ha aludido a que es un nombre como Sócrates o Hegel. Una marca o una emulación hinchada para compararse con los grandes. De Fogwill podría decirse también que es hombre de excesos (ya menos que en sus buenos tiempos), como su novela Help a él, que ahora rescata la editorial extremeña Periférica, que también lo rescata a él para los lectores españoles.
Help a él es la historia de una pasión excesiva entre un hombre y una mujer (y excesiva quiere decir pornográfica, escatológica, onírica, drogadicta...). La publicó en 1982, un año antes que Los pichiciegos (un coro de voces de reclutas durante la guerra de las Malvinas), un hito de la narrativa en español de fin de siglo, que convirtió a su autor en uno de los grandes.

Fogwill es un hombre de carácter. Ha sido sociólogo, editor, empresario, columnista, publicitario (autor de lemas como Suaves pero con sabor, el equilibro justo, para los cigarrillos Jockey). De todas estas labores anda de vuelta. De Help a él, dice que sus excesos son "consecuencia de una época de mi país, de una del mundo, de una de mi vida. Cada uno rotando en derredor de su eje imaginario, ni paralelo ni transversal a los de los otros dos. En todo caso, un eje de mierda, un egido". Su vida, "mi estado actual, la vejez", dice, sigue siendo un exceso, "un exceso sin droga (en verdad es casi un ex-sexo, buen chiste), pero es un exceso de saber inútil, un exceso de muerte circulando por dentro y de vida que la hace circular. Un exceso de misterio sobre uno, un exceso de autoamor contemplativo". Pero en la novela el sexo es aún sexo. "El relato erótico no es como el coito, sino como la eyaculación: bien administrada y bien emitida provoca reacciones no por su contenido sino por lo que provoca contener en su continente".
En el volumen Help a él se incluye otra narración, Sobre el arte de la novela (el viaje de un hijo a la casa de su madre), nada excesiva. Aquí y allá hay alguna mención a la guerra de las Malvinas, que queda como de lado, indiferente a los hechos. "Esa era mi indiferencia. Está escrito en ese momento", dice Fogwill, quien anota una paradoja. "Creo que intenté que la indiferencia del personaje tuviese tanta pasión como el deseo de los de Help".
El estilo de Fogwill da la impresión de que es como la persona Fogwill. Algo que él niega. "Como dicen aquí, en Brasil, yo hallo que no es necesario haber hecho nada de eso y que bastaba con un poco de imaginación y destreza para narrarlo".