NAVIDAD Y MATANZA en QUIMERA y MI ABUELO en ROCKDELUX
Nada nos gusta más que los libros que publicamos tengan una segunda vida, entre los lectores y entre la crítica, más allá del mes de lanzamiento, de las primeras notas y de la mesa de novedades. Eso quiere decir (o eso queremos creer) que los libros interesan y que están vivos. El mes de octubre nos ha traído varias reseñas de títulos "atrasados", que, gracias a ello, vuelven, así, a la actualidad. Destacamos ahora dos:
La primera aparece en el último número de la revista de literatura Quimera y la firman las iniciales S. C. M.: "Navidad y Matanza da pie, de forma casi inmediata, en tanto que unidad textual o a partir de determinadas de sus escenas y fragmentos, al establecimiento de una serie de parecidos razonables. Primero: Cube, de Natali, por ejemplo. Y también El hombre que fue Jueves, de Chesterton, pues aquí también hay un Lunes, un Martes, un Miércoles, un Jueves, un Viernes, un Sábado y un Domingo, y la misma voluntad confuionistas, prestidigitadora. Segundo: Los detectives salvajes, más allá del hecho de que el aparato de venta del libro se encargue de otorgar a Labbé el título de heredero de Bolaño. Tercero: Terciopelo azul (y lo lyncheano), pues donde allí se halla una oreja entre la hierba aquí se encuentra una nariz cortada en la chimenea de los Vivar. Si añadimos el recurso a elementos propios de la ciencia-ficción, de la crónica y del género policiaco, resulta que la segunda novela del chileno es un elaborado pastiche con historias cruzadas en las que es difícil distinguir la realidad de lo virtual en una superposición delirante y angustiante de estratos narrativos que supone un interesante experimento en el panorama de la joven literatura hispanoamericana".
La segunda, sobre Mi abuelo, de Valérie Mréjen, pertenece a la entrega de octubre de la revista de música Rockdelux. Firma Juan Cervera: "Cuando -otra vez- mucho menos es mucho más: Valérie Mréjen (París, 1969) condensa y exprime en 82 páginas breves una sabrosa autobiografía que hilvana recuerdos con palabras de seda y algodón. Diminutos sorbos de vida familiar teñidos de una extraña melancolía con rincones de pequeños secretos ocultos por confesiones susurradas a medias o intuidas furtivamente en los grises vapores de la adolescencia. Vacaciones y canciones, rituales perdidos y las deliciosas filigranas de una memoria funambulista en el debut en castellano de una rara avis de la literatura (y del videoarte: busquen su libro-DVD del año pasado: Pork And Milk)".
La primera aparece en el último número de la revista de literatura Quimera y la firman las iniciales S. C. M.: "Navidad y Matanza da pie, de forma casi inmediata, en tanto que unidad textual o a partir de determinadas de sus escenas y fragmentos, al establecimiento de una serie de parecidos razonables. Primero: Cube, de Natali, por ejemplo. Y también El hombre que fue Jueves, de Chesterton, pues aquí también hay un Lunes, un Martes, un Miércoles, un Jueves, un Viernes, un Sábado y un Domingo, y la misma voluntad confuionistas, prestidigitadora. Segundo: Los detectives salvajes, más allá del hecho de que el aparato de venta del libro se encargue de otorgar a Labbé el título de heredero de Bolaño. Tercero: Terciopelo azul (y lo lyncheano), pues donde allí se halla una oreja entre la hierba aquí se encuentra una nariz cortada en la chimenea de los Vivar. Si añadimos el recurso a elementos propios de la ciencia-ficción, de la crónica y del género policiaco, resulta que la segunda novela del chileno es un elaborado pastiche con historias cruzadas en las que es difícil distinguir la realidad de lo virtual en una superposición delirante y angustiante de estratos narrativos que supone un interesante experimento en el panorama de la joven literatura hispanoamericana".
La segunda, sobre Mi abuelo, de Valérie Mréjen, pertenece a la entrega de octubre de la revista de música Rockdelux. Firma Juan Cervera: "Cuando -otra vez- mucho menos es mucho más: Valérie Mréjen (París, 1969) condensa y exprime en 82 páginas breves una sabrosa autobiografía que hilvana recuerdos con palabras de seda y algodón. Diminutos sorbos de vida familiar teñidos de una extraña melancolía con rincones de pequeños secretos ocultos por confesiones susurradas a medias o intuidas furtivamente en los grises vapores de la adolescencia. Vacaciones y canciones, rituales perdidos y las deliciosas filigranas de una memoria funambulista en el debut en castellano de una rara avis de la literatura (y del videoarte: busquen su libro-DVD del año pasado: Pork And Milk)".
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