editorial periférica

08 junio 2007

UN CLAVO EN EL CORAZÓN en LEVANTE

Hoy viernes, Postdata, suplemento del diario Levante de Valencia publica esta sutil reseña de Manuel Arranz dedicada a Un clavo en el corazón, de Paulo José Miranda. Se titula "Tormentos y placeres".

Hay una frase al principio de esta novela de tan tremendo título que dice así: "Pero el genio, si lo tienes, sólo lo reconocerá alguien genial". Pues bien, aunque es una de esas frases rotundas que tanto nos gustan, aparentemente inapelables y que por tanto nos eximen de emitir juicios, o críticas en este caso, esa forma indirecta del juicio, la frase en cuestión o está equivocada o yo, usted, su mujer, y su cuñado, somos geniales. Porque si la frase fuese cierta, también podría ser cierta su contraria, es decir, al impostor, al papanatas, sólo lo reconocerá otro impostor y otro papanatas. ¡Y eso si que no! Yo creo que casi todos, y ésta es precisamente la función crítica, estamos tan capacitados para reconocer al genio a primera vista como para reconocer la impostura a primera vista. Aunque es cierto que al abundar tanto ésta últimamente, y haber hoy tan poquísimos genios, la cosa se está volviendo cada día más difícil. O más fácil, depende cómo se mire. Mi consejo es que cuando dude de si se trata de un genio o de un impostor, opte siempre por lo segundo. Por ejemplo, se ha convertido en un lugar común concederle al genio la exclusiva de la provocación, lo que es un error mayúsculo. Los provocadores suelen ser más bien los charlatanes que si no recurriesen a la provocación pasarían desapercibidos. No sé si han observado que los charlatanes no saben hablar.
La novela de tan tremendo título es Un clavo en el corazón, del portugués Paulo José Miranda, desconocido hasta ahora por estos pagos, y que recomiendo sin vacilar, pues merece ser conocido. El libro abunda en digresiones, supongo que por eso he empezado yo esta reseña con una. Y aunque no me gusta desvelar el argumento de los libros, esa práctica tan extendida que aderezada con algunas perlas cultas acá y allá se confunde tan a menudo con la crítica, voy a hacer esta vez una excepción. Es posible que esta sea una novela de tesis. De hecho se habla mucho en ella de la verdad en el arte y en la poesía, y antes de que alguien se me adelante, aunque quizás ya lo hayan hecho, diré que Paulo José Miranda ha escrito una especie de variación a la Carta de Lord Chandós, (1ª perla culta), ligeramente más extensa, sólo que en la suya hay alguien que ha sufrido, como se decía en el siglo XIX en que transcurre precisamente la novela, un desengaño amoroso. O un desengaño del amor, asunto mucho más grave y de peores consecuencias. No sé si el protagonista o el autor. Posiblemente ambos. Y aquí reside precisamente la trama tan bien urdida de la novela. Los fracasos literarios y los amorosos se parecen mucho. Posiblemente los éxitos también. Y para algunos autores, como ilustró Henry James en su magistral Lección del maestro, (2ª perla culta), o como Herculano o Camilo, los ejemplos portugueses que cita el autor, el amor a una mujer y a la propia obra son incompatibles. Naturalmente esto no es cierto. Pero hay muchas cosas que sabemos que no son ciertas y siguen teniendo carta de ciudadanía.
Un clavo en el corazón es una novela escrita por alguien que ha reflexionado profunda y profusamente en la literatura, que no la considera un juego, como oímos tan a menudo, sino algo así como un destino, si me permiten este decimonónico término, por volver de nuevo al ambiente que recrea la novela, y que proporciona, en consecuencia, abundantes motivos de reflexión al lector. En realidad parece más un libro escrito por un lector. Es decir, por un escritor que es a la vez lector, cosa que no crean que se da siempre por añadidura. Y de un escritor, digámoslo una vez más, que ha experimentado tanto los tormentos del amor como los tormentos de la creación. ¿Por qué tormentos y no placeres?, se preguntarán seguramente ustedes. Pues tienen razón. Son intercambiables. Yo diría que incluso son sinónimos.

Manuel Arranz