editorial periférica

17 junio 2007

UN CLAVO EN EL CORAZÓN en EL PAÍS

Ayer sábado, Babelia, suplemento cultural del diario El País, publicaba una excelente reseña de Francisco Solano dedicada a Un clavo en el corazón, de Paulo José Miranda:

Un clavo en el corazón es una larga carta, fechada en Sintra el 11 de octubre de 1880, firmada por Tiago da Silva Pereira, amigo y confidente del poeta Cesário Verde, destinatario de la carta, que en esa época está despejando con su obra las brumas románticas de la lírica portuguesa. Para Pessoa, fue un precursor y un maestro. Cesário Verde moriría seis años después de escrita esta carta. Ese año ha publicado El sentimiento de un occidental (hay traducción en Hiperión) y le ha pedido a Tiago da Silva que valore críticamente el libro. Tiago da Silva demuestra ser un hombre de depurada cultura y dueño de una prosa diáfana, muy adecuada para los refinamientos del espíritu, hasta el punto de que podría ser un excelente poeta, pero su talento poético se ha transplantado al amor por una mujer, y no sobrevive en forma de poemas. Por lo demás, es más reflexivo que intervencionista y demasiado lúcido para componer poemas que no sean memorables. Sabe bien que "el dolor es solamente el desencuentro entre el alma y el mundo", y acepta ocupar un lugar discreto, de admiración por el talento ajeno. Su condición más ferviente es la de lector: "No me cansaré de repetirlo, antes un buen lector que un mal poeta o un mal traductor". De ahí la razón de que este libro -¿novela, ensayo, tratado?- sea una epístola, es decir, una voz construida gracias a la existencia del destinatario, que a la vez construye el espacio que dignifica y da sentido a la labor poética.
Tiago da Silva glosa algunos fragmentos del poema y declara su significación en una época que necesita despojarse de la "resaca del romanticismo". Exhibe agudas apreciaciones críticas y una elevada sensibilidad y discernimiento de la poesía de Cesário Verde, a quien compara con Beckford, que visitó Portugal en 1793. No obstante, lo más relevante de su carta es la reflexión acerca de la fusión entre la persona que siente, el artista que crea, y la necesidad de redimir, con el arte, la soledad y la muerte. Su carta va más allá de una mera respuesta, y se diría que la escribe como un programa de estímulos para que Cesário Verde no renuncie a la poesía, como él ha renunciado, por el amor de una mujer. La amenaza de la experiencia del amor, confrontada aquí con la experiencia poética, se manifiesta con severas apelaciones misóginas que, no obstante, no son sino una celebración del deseo.
Es sorprendente la delicadeza que demuestra el portugués Paulo José Miranda (Aldeia de Paio Pires, 1965) para revestirse de la doble personalidad de Tiago da Silva y Cesário Verde. Hay que agradecer a la editorial Periférica que proponga, en estos tiempos de "resaca mercantil", un libro tan reconfortante para el alma del lector. Al parecer, Un clavo en el corazón es el primero de una trilogía sobre el proceso de creación. ¿Para cuándo Natureza Morta y Vício, que completan el ciclo?

Francisco Solano