editorial periférica

16 marzo 2008

TRABAJOS DEL REINO en LA RAZÓN

Una reseña importante. Se titula "Canciones que no son de este mundo". La publicaba el diario La Razón en su suplemento de libros este jueves pasado; con dos destacados: "El mexicano Yuri Herrera se estrena en España con una sorprendente novela sobre el narcotráfico", "Es una novela audaz porque su apuesta narrativa va a contracorriente". La firmaba María José Gil Bonmatí:

Desde su aparición, hace ya casi dos años, la editorial Periférica –una de esas pequeñas editoriales con vocación de resistirse a la actual obviedad de la ley de la oferta y la demanda literaria– ha ido construyendo un catálogo que demuestra que el criterio y rigor literarios, además de un arma eficaz para abrirse un hueco en el mercado, es capaz de hacerse con un público que se siente reconocido en la posibilidad de ser lectores menos complacidos y más exigentes.
Una de las líneas de este catálogo, que ha conseguido convertir el nombre de la editorial –Periférica– en una declaración de intenciones literarias, está dedicada a descubrir «propuestas audaces y sugerentes» de la narrativa actual, especialmente hispanoamericanas. Y sin duda lo es la novela que acaba de publicar: Trabajos del reino, del joven narrador mexicano Yuri Herrera.

Nada que ver
Digo que Trabajos del reino es audaz, de entrada, porque Yuri Herrera ha hecho una apuesta narrativa a contracorriente, tanto de la literatura hispanoamericana actual –al menos de la que aquí llega– más reconocida, como del modo habitual de los lectores de enfrentarnos a ella, al escoger un género literario clásico como la fábula –relegado hoy al ámbito juvenil, cuando desvirtuado y convertido en pseudocostumbrismo sentimental– para tratar un tema de una realidad tan contundente, compleja y conflictiva como es el narcotráfico en la frontera mexicana. Pero, sobre todo, y aquí es donde la audacia se vuelve provocativa sugerencia, porque esa elección se demuestra, a la larga, necesaria para poder mostrar, con la sencillez y ejemplaridad que caracteriza al género, el entramado de leyes, oscuros deseos y pequeñas pasiones que sustentan ese microcosmos empresarial y cortesano que es el mundo del narco.
La historia es sencilla: Lobo, un compositor de corridos de vida marginal, ve la posibilidad de acabar con una vida en espera de algún milagro, cuando se topa en una cantina con el Rey de un cártel al que le caerán en gracia sus canciones. Trasladado a su reino, y convertido en el Artista, comenzará a cumplir su oficio épico, mientras se dedica a observar una vida palaciega donde aparentemente reina una felicidad para él desconocida, pero bajo la que irá descubriendo las intrigas soterradas. Y así, al ritmo de un narcorrido, con un lenguaje de la calle y una mirada que sabe ir del lirismo a la dureza casi trágica, nos va cantando la historia del Rey, el Periodista, el Heredero, la Cualquiera, la Bruja o el Traidor, mientras nos va contando al tiempo la historia de su decepción.Dice el Artista que «el corrido no es nomás verdadero, es bonito y hace justicia» y esta poética narrativa cuenta bien cómo hay que leer Trabajos del reino, una novela que habla de un reino que es tan de este mundo que se vuelve difícil leerla tanto desde la ingenuidad como desde el escándalo. Lo único que cabe en Trabajos del reino es entender y conmoverse.

María José Gil Bonmatí