LA IMAGEN Y LA RISA en LA RAZÓN
Hoy, el suplemento de libros del diario La razón dedica una interesante reseña a La imagen y la risa, de José Emilio Burucúa, firmada por Álvaro de la Rica y titulada "En el origen estuvo la risa":
Cae en mis manos, providencialmente, este tratado sobre "la imagen y la risa" del profesor argentino José Emilio Burucúa. No me resisto a comentar, a propósito, un fenómeno palpable en nuestro pequeño mundo literario (y conste que no estoy pensando sólo en el español). Me refiero a la aparición de un número considerable de nuevas editoriales que tienen en común un rasgo muy concreto. No es la dimensión pequeña que presentan al comienzo de su singladura. Pensar así es quedarse en la superficie de los hechos. Les une una ambición muy concreta: convertir la labor editorial en un género literario. Vaya tema para un buen libro de los que nos tiene acostumbrados Sergio Vila-Sanjuán.
Aventuras como la de las hermanas Ocampo en Sur, el Ortega de Revista de Occidente, la de Jacobo Siruela, la de Roberto Calasso en Adelphi o Vallcorba en su Acantilado, Sexto Piso en México, y me dejo muchas otras, aspiran a convertir la edición de libros en un arte. Las hay grandes, las hay pequeñas. Casi una forma de escribir y por eso es necesario leer los catálogos que publican todas ellas. El arte se alimenta de arte y la mejor edición consiste hoy en un ejercicio superlativo de intertextualidad. Los literatos de hoy son los editores, no los escritores. ¿Cabe pensar en algo más borgiano?
Archiliterario
La publicación por Periférica de La imagen y la risa es un ejemplo de esta tendencia. Inaugura una colección de tratados con una exposición sobre un tema tan especializado y como archiliterario. ¿Qué cara se le queda al lector si les digo que este libro trata de verificar el concepto de la "fórmula pathos", apuntada por el historiador del arte Aby Warbur a propósito de la resurrección renacentista del topos de la Ninfa, en la colección de 1034 grabados de la colección Marolles del Abate Villeloin? ¿Cuánta gente puede seguir un discurso que expone, mediante una cuidada taxonomia de las piezas, la tesis de la aparición de la majestas invertida y de la antininfa? No es que no se trate de un texto interesante. Lo es, y llega a conclusiones sorprendentes como lo que se refiere al cambio de percepción psicológica de las imágenes en el XVII a través del coleccionismo privado. Pero sólo esto no explica el porqué de una edición tan cuidada, dirigida a un público general. La explicación es que se trata de un capítulo del gran libro que los editores de Periférica pretenden escribir.
Se cuenta que Aby Warburg, el sabio que enseñó a la generación más brillantes de historiadores del arte de los últimos siglos, tenía la convicción de que sus males psíquicos, que eran graves y persistentes, se disiparían si los médicos del sanatorio en el que estuvo recluido le hubieran permitido leer en alto, sin interrupciones ni comentarios, su ensayo sobre El ritual de la serpiente. Kafka deseaba algo parecido por esos mismos años. La lectura de Burucúa podría también producir efectos terapéuticos en el investigador sabio y solitario. Y en el editor. ¿Cabe algo más borgiano?
Enlace: http://www.larazon.es/noticias/noti_cab21689.htm
Cae en mis manos, providencialmente, este tratado sobre "la imagen y la risa" del profesor argentino José Emilio Burucúa. No me resisto a comentar, a propósito, un fenómeno palpable en nuestro pequeño mundo literario (y conste que no estoy pensando sólo en el español). Me refiero a la aparición de un número considerable de nuevas editoriales que tienen en común un rasgo muy concreto. No es la dimensión pequeña que presentan al comienzo de su singladura. Pensar así es quedarse en la superficie de los hechos. Les une una ambición muy concreta: convertir la labor editorial en un género literario. Vaya tema para un buen libro de los que nos tiene acostumbrados Sergio Vila-Sanjuán.
Aventuras como la de las hermanas Ocampo en Sur, el Ortega de Revista de Occidente, la de Jacobo Siruela, la de Roberto Calasso en Adelphi o Vallcorba en su Acantilado, Sexto Piso en México, y me dejo muchas otras, aspiran a convertir la edición de libros en un arte. Las hay grandes, las hay pequeñas. Casi una forma de escribir y por eso es necesario leer los catálogos que publican todas ellas. El arte se alimenta de arte y la mejor edición consiste hoy en un ejercicio superlativo de intertextualidad. Los literatos de hoy son los editores, no los escritores. ¿Cabe pensar en algo más borgiano?
Archiliterario
La publicación por Periférica de La imagen y la risa es un ejemplo de esta tendencia. Inaugura una colección de tratados con una exposición sobre un tema tan especializado y como archiliterario. ¿Qué cara se le queda al lector si les digo que este libro trata de verificar el concepto de la "fórmula pathos", apuntada por el historiador del arte Aby Warbur a propósito de la resurrección renacentista del topos de la Ninfa, en la colección de 1034 grabados de la colección Marolles del Abate Villeloin? ¿Cuánta gente puede seguir un discurso que expone, mediante una cuidada taxonomia de las piezas, la tesis de la aparición de la majestas invertida y de la antininfa? No es que no se trate de un texto interesante. Lo es, y llega a conclusiones sorprendentes como lo que se refiere al cambio de percepción psicológica de las imágenes en el XVII a través del coleccionismo privado. Pero sólo esto no explica el porqué de una edición tan cuidada, dirigida a un público general. La explicación es que se trata de un capítulo del gran libro que los editores de Periférica pretenden escribir.
Se cuenta que Aby Warburg, el sabio que enseñó a la generación más brillantes de historiadores del arte de los últimos siglos, tenía la convicción de que sus males psíquicos, que eran graves y persistentes, se disiparían si los médicos del sanatorio en el que estuvo recluido le hubieran permitido leer en alto, sin interrupciones ni comentarios, su ensayo sobre El ritual de la serpiente. Kafka deseaba algo parecido por esos mismos años. La lectura de Burucúa podría también producir efectos terapéuticos en el investigador sabio y solitario. Y en el editor. ¿Cabe algo más borgiano?
Enlace: http://www.larazon.es/noticias/noti_cab21689.htm
<< Home