Rivarol en EL PAÍS y en CLARÍN
Rivarol non stop.
El sábado pasado, el suplemento de El País (Babelia) dedicaba una página completa a "Sabiduría en cuentagotas", un extenso artículo de Enrique Lynch sobre tres títulos de reciente publicación en España dedicados al género aforístico: Aforismos de Zürau, de Franz Kafka, Sentencias e impresiones, de Josep Pla, y nuestro Pensamientos y rivarolianas, de Antoine de Rivarol. "Rivarol es un aforista típico, como Chamfort o Lichtenberg", decía Lynch en su texto. "Jünger amaba de sus Pensamientos su conservadurismo aún capaz de irreverencia, su esteticismo literario aristocratizante".
Por su parte, el último número de la revista Clarín (mayo-junio), y bajo el acertadísimo título "Un contemporáneo", publica una breve pero entusiasta reseña de Laura Díaz que merece la pena reproducir por entero:
Antoine de Rivarol (1753-1801) fue un falso aristócrata francés que deslumbró con su ingenio en los últimos salones del antiguo régimen y al que la revolución condenó al exilio y, luego, al olvido. Sus obras de más empeño tienen hoy un mero valor histórico; la anotaciones que hacía en papeles sueltos y sus ocurrencias en las conversaciones (anotadas pro algunos de sus oyentes y publicadas póstumamente) no han perdido, sin embargo, nada de su viveza ni de su agudeza.
Rivarol, rescatado del olvido en el siglo XX, ha contado con admiradores tan prestigiosos como Ernst Jünger, que lo tradujo al alemán. En España es un desconocido, pero muy probablemente pronto dejará de serlo, gracias a esta bella edición, uno de esos libros mínimos que, sin embargo, no se agotan jamás: "Nadie ama lo suficiente si no ama demasiado", "No mientras nunca a alguien en quien deseas tener confianza. Desde que le digas la primera mentira, te costará mucho creerle".
A Antoine de Rivarol, una vez leído, es imposible dejar de citarle: "En su mayor parte, los libros actuales parecen haber sido escritos en un día a partir de libros leídos en el insomnio de la víspera".
El sábado pasado, el suplemento de El País (Babelia) dedicaba una página completa a "Sabiduría en cuentagotas", un extenso artículo de Enrique Lynch sobre tres títulos de reciente publicación en España dedicados al género aforístico: Aforismos de Zürau, de Franz Kafka, Sentencias e impresiones, de Josep Pla, y nuestro Pensamientos y rivarolianas, de Antoine de Rivarol. "Rivarol es un aforista típico, como Chamfort o Lichtenberg", decía Lynch en su texto. "Jünger amaba de sus Pensamientos su conservadurismo aún capaz de irreverencia, su esteticismo literario aristocratizante".
Por su parte, el último número de la revista Clarín (mayo-junio), y bajo el acertadísimo título "Un contemporáneo", publica una breve pero entusiasta reseña de Laura Díaz que merece la pena reproducir por entero:
Antoine de Rivarol (1753-1801) fue un falso aristócrata francés que deslumbró con su ingenio en los últimos salones del antiguo régimen y al que la revolución condenó al exilio y, luego, al olvido. Sus obras de más empeño tienen hoy un mero valor histórico; la anotaciones que hacía en papeles sueltos y sus ocurrencias en las conversaciones (anotadas pro algunos de sus oyentes y publicadas póstumamente) no han perdido, sin embargo, nada de su viveza ni de su agudeza.
Rivarol, rescatado del olvido en el siglo XX, ha contado con admiradores tan prestigiosos como Ernst Jünger, que lo tradujo al alemán. En España es un desconocido, pero muy probablemente pronto dejará de serlo, gracias a esta bella edición, uno de esos libros mínimos que, sin embargo, no se agotan jamás: "Nadie ama lo suficiente si no ama demasiado", "No mientras nunca a alguien en quien deseas tener confianza. Desde que le digas la primera mentira, te costará mucho creerle".
A Antoine de Rivarol, una vez leído, es imposible dejar de citarle: "En su mayor parte, los libros actuales parecen haber sido escritos en un día a partir de libros leídos en el insomnio de la víspera".
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