editorial periférica

27 mayo 2007

UN CLAVO EN EL CORAZÓN en LA VOZ DE CÁDIZ

Agradecidísimos estamos por el "regalo" de cumpleaños (de Periférica; un año de vida ya) que nos hace hoy Juan Carlos Sierra en La voz de Cádiz, y que reproducimos aquí, con más ánimo que nunca para nuestra tarea. "Brillantes desde la periferia", se titula.

Editorial Periférica cumple un año de vida con la prioridad de "descubrir", con una estética muy original, a escritores de distintas épocas poco reconocidos en España. La última obra editada, Un clavo en el corazón, resume sus virtudes

"Casi trece meses; un año y prácticamente un mes". Así contestan los padres cuando, por ejemplo, se les pregunta por la edad de su niño pequeño. Con tan poco tiempo entre los vivos parece que hay que computar en meses y no en años, muy probablemente para afirmar cada uno de sus trabajos y sus días, porque si no parecería que el tiempo pasa rutinariamente, como si no tuviera importancia. Los que tienen hijos, sobre todo en caso de ser primerizos, saben exactamente con qué intensidad se vive el día a día, cómo cada mes se convierte en una subida al Everest.
Seguramente de una forma parecida contestarían Julián Rodríguez y Paca Flores si les preguntaran por su retoño literario. Su pequeño, en este caso pequeña, se llama Editorial Periférica, vive habitualmente en Cáceres y, a pese a ser muy joven, pues en el pasado mes de abril sólo llegaba a los 12 meses de edad y a los 12 títulos, se la puede ver por multitud de librerías españolas.
Como todo cumpleaños requiere una celebración, Periférica ha decidido llevarla a cabo pero al revés: en vez de recibir presentes, ofrece a sus lectores el duodécimo título de su catálogo, una obra magnífica llamada Un clavo en el corazón, del escritor portugués Paulo José Miranda (Aldeia de Paio Pires, 1965). La historia de esta novelita de apenas cien páginas ilustra de forma clara la filosofía de Periférica.

Modus operandi
Un clavo en el corazón fue publicada en Portugal en 1997 y junto a Natureza Morta (1999) y Vício (2001) constituye una trilogía novelesca que gira en torno a la reflexión sobre el proceso creativo. La novela que acaba de publicar Periférica recupera el género epistolar como estructura narrativa: Tiago da Silva Pereira, noble portugués afincado en Sintra, redacta una carta extensa a su amigo, el poeta Cesário Verde, atendiendo a la solicitud que éste último le hace para que valore su obra El sentimiento de un occidental. Pero la carta no queda en una simple crítica constructiva porque, ya se sabe, la escritura da mucho de sí.
Un clavo en el corazón pertenece a un autor con cierto recorrido literario y prestigio en las letras portuguesas, Paulo José Miranda, pero casi totalmente desconocido en España. Esta apuesta -y el riesgo que deriva- por una primera traducción al español de Miranda supone el descubrimiento de un nuevo valor literario al que va a ser relativamente fácil seguir en Periférica, pues están seguros de que la calidad del escritor portugués merecerá trasladar a nuestro idioma toda su obra publicada hasta el momento y la que pueda llegar en el futuro.
Este convencimiento se deriva de una actividad fundamental y previa a la de editor, la de lector. Julián Rodríguez y Paca Flores antes de plantearse publicar libros para que otros los disfruten, han sido lectores atentos y entusiastas de todas las obras que desde hace un año colocan en las librerías y bibliotecas españolas. «No me cansaré de repetirlo, antes un buen lector que un mal poeta o un mal filósofo», escribe Tiago da Silva a Cesário Verde en la página 107 de Un clavo en el corazón.

Criterio editorial
Julián Rodríguez y Paca Flores han aprendido perfectamente esta lección y la han superado, pues han conseguido no tener que elegir entre la lectura o nada.
En su parcela creativa, la edición, se advierte claramente su honesta y generosa actitud lectora que proporciona a la editorial un perfil muy visible y necesario en el mundo español del libro.
En otro orden de cosas, si tuviéramos que caracterizar Un clavo en el corazón diríamos que se trata de una novela atípica. En primer lugar, porque su estructura narrativa, una carta, resulta muy poco habitual en esta época de folletines seudo histórico-detectivescos y libros de autoayuda. La inscripción dentro del género epistolar junto con el tiempo de sus protagonistas contribuye a situar la novela en un tiempo histórico determinado -finales del siglo XIX-, lo que ayuda a mantener al lector a cierta distancia saludable sobre los juicios que en ella se expresan.
Y en segundo lugar, porque su argumento poco o nada tiene que ver con lo que se acostumbra a consumir de forma masiva últimamente. El primer pretexto que mueve a Tiago da Silva a escribir su carta se diluye a lo largo de ella en profundas reflexiones filosóficas, literarias, morales, existenciales, etcétera; en definitiva, un compendio de consideraciones acerca de las líneas de intersección -de unión o rechazo- entre vida y literatura, vida y poesía o, en general, vida y arte.

Originalidad
Esa aspiración a la originalidad dentro de los parámetros de la excelencia literaria es lo que inspira y caracteriza a la editorial extremeña Periférica. Así se declara en el Ideario de la editorial: "Podríamos decir, por distinguirnos de otros proyectos similares, que vamos a descubrir, y lo decimos con la suficiente modestia, a algunos autores poco o nada leídos en España hasta hoy; sean de hace un siglo o de hace una década. Y de los autores más conocidos publicaremos obras que fueron importantes por diferentes motivos y que en ocasiones no han sido suficientemente valoradas aquí".
Un clavo en el corazón cuadra perfectamente con esa exigencia de descubrir, pero también otros títulos recientes como el penúltimo que han dado a luz Julián Rodríguez y Paca Flores, Navidad y Matanza del chileno Carlos Labbé, una novela juego definida por su autor como "policial alegórico". En esta misma línea que busca poner en las manos del lector español literatura actual inusual por estos parajes se inscriben libros como Gina del costarricense Rodrigo Soto o Iniciaciones del venezolano Israel Centeno. En cuanto a los clásicos conocidos o poco visitados hay que destacar por encima de todo a los franceses Jules Vallès -con dos títulos-, Antoine de Rivarol o Remy de Gourmont.
Calidad literaria, originalidad y lectura-desbroce, que lleva al descubrimiento de nuevos -o antiguos- autores para romper cierta atonía en los hábitos lectores de los españoles, son la apuesta de la editorial cacereña Periférica.
Feliz primer cumpleaños y que su catálogo orgánico, como les gusta señalar a Julián Rodríguez y Paca Flores, crezca durante muchos años más. Nunca antes se estuvo tan cómodo en la periferia.

Juan Carlos Sierra

UN CLAVO EN EL CORAZÓN en DIARIO DE MALLORCA

El pasado viernes, 25 de mayo, Nadal Suau, crítico de Bellver, suplemento del Diario de Mallorca, presentaba en un extenso artículo titulado "Los placeres inmensos del relato" sus apuestas para la Fira del Llibre. De su "paseo y escaparate" rescatamos las siguientes palabras: "La editorial Periférica -ya saben que son las empresas pequeñas las que están editando mejor en España, con diferencia- nos ofrece Un clavo en el corazón, de Paulo José Miranda, que en poco más de cien páginas esconde literatura densa y noble. La excusa: una carta de Silva Pereira a Cesário Verde, valioso poeta portugués."

(En la imagen: Cesário Verde)

NAVIDAD Y MATANZA en COSMOPOLITAN y de nuevo en ABC

Sigue la buena racha de Navidad y Matanza: ayer sábado era recomendado por el suplemento cultural del diario ABC entre los títulos presentes en la Feria del Libro de Madrid; y, en su anticipado número de junio, la revista Cosmopolitan lo destaca en su agenda con los siguientes palabras: "Dos pueblos, llamados Navidad y Matanza, que encierran un misterio. Una novela-juego que es, más que nada, un vigoroso retrato de personajes en una ambientación digna del David Lynch de Twin Peaks. Imagínatelo".

17 mayo 2007

NAVIDAD Y MATANZA en DIARIO DE FERROL

El 6 de mayo publicaba el Diario de Ferrol, en su suplemento Nordesia, la siguiente reseña de Navidad y Matanza, a cargo de Luis Alonso Girgado, buen conocedor de la narrativa latinoamericana:

Carlos Labbé: un juego narrativo

En lo que parece una apuesta decidida por los narradores hispanoamericanos -nuevos o ya consagrados- la editorial Periférica acaba de presentar (el título es llamativo) Navidad y Matanza, del joven chileno Carlos Labbé, que con su anterior Libro de plumas (2004) cosechaba un éxito de público y crítica y era situado por algunos en la estela de Roberto Bolaño, al tiempo que se reclamaba para él un primer lugar entre los nuevos narradores chilenos. Valga decir que, además de novelista, Labbé es guionista de cine y televisión, músico, crítico y profesor universitario.
En varias ocasiones se repite que Navidad y Matanza (topónimos de dos pueblos mellizos, turísticos de la costa chilena) es una novela-juego y, efectivamente, es así: un puzle o artefacto para armar o montar con narradores diversos ocultos bajo los nombres de los días de la semana o historias entrecruzadas entre las que detectamos un secuestro, la fabricación de una droga mortífera y una errática andadura de un personaje-grupo por playas costeras. Cada línea narrativa va pasando como una fragmentaria secuencia de "imágenes farragosas" de una memoria quebradiza o tentativas de reconstrucción protagonizadas por un cronista de prensa. Personajes, sucesos, lugares pasan difusos, se alternan o reaparecen mientras se suceden los niveles de lo real, lo virtual y lo onírico e incluso el propio escritor se ficcionaliza ingresando en una trama a cuya construcción entre el caos y el orden, contada y construida a varias voces, con cambiante temporalidad narrativa, asistimos. Novela con claves y contraclaves, Navidad y Matanza participa de la crónica periodística, del relato de terror, del género negro, de la ciencia ficción y de lo fantástico para acercarse también, entre constantes quiebros de la identidad de los personajes, al mundo virtual de los videojuegos. Se trata, en fin, de un mundo de ficción que fluye borroso e inquietante, misterioso y violento; huidizo en su constante movilidad y sus quiebros equívocos, es todo un ámbito de superficie, de visualización donde todo se muestra y registra con puntual precisión.
La condición de guionista del escritor no deja de patentizarse en una prosa efectiva, eficaz, de fijada claridad y andadura telegráfica y recortada a base de un fraseo breve. Quiere tener esta novela, que hace guiños al terreno de la informática y de sus posibilidades creativas individuales o supraindividuales, un inequívoco aire de modernidad y experimentalismo y, al tiempo, una intensa y heterogénea fecundidad imaginativa. Todo lo cual se concreta en una obra narrativa que representa una sorprendente y novedosa experiencia lectora, que implica un atractivo montaje y que se sirve con destreza de múltiples materiales narrativos. Satisface y hasta interesa por lo que se autoproclama: un juego novelesco que se planta, desafiante, ante un lector obligado a descifrar en un recorrido por cien disímiles secuencias entre las que la 45 deja claro algunos principios aquí de aplicación.
No hemos leído Libro de plumas, predecesora de esta Navidad y Matanza que, en todo caso, anuncia a un narrador interesado en innovar, en utilizar elementos de modernidad, en separar vida y literatura, en diseñar textos ambiguos y personajes apenas esbozados. Literatura de búsqueda, de tentativa de afirmación creativa del escritor y de invitación al juego mental e imaginativo del lector.

Luis Alonso Girgado

NAVIDAD Y MATANZA en EL PAÍS

El sábado pasado aparecía esta reseña (de la que nos están llegando muchos ecos desde toda América Latina) de Navidad y Matanza en el suplemento Babelia de El País:

Un juego que da miedo

La novela de Carlos Labbé (Santiago de Chile, 1977), Navidad y Matanza, es un juego literario que describe un juego literario. Eso en principio. Algunos de sus personajes llevan por nombres los mismos de la semana. Con lo cual ya tenemos ahí la presencia de Chesterton y su El hombre que fue Jueves. No sólo por sus nombres, sobre todo por su mudanza de identidades y por la permeabilidad entre realidad y ficción. Los dos personajes principales se llaman Alicia y Bruno, dos nombres de clara filiación literaria. Ahí asoma su personalidad lúdica, a pesar de su victoriano recato, el profesor de matemáticas Charles Dodgson, más conocido por Lewis Carroll. La novela de Labbé está situada en Chile, entre 1999 y nuestros días. Diríamos que el meollo del relato comienza con dos desapariciones. Un día de verano, Alicia y su hermano Bruno desaparecen mientras se bañaban en el Pacífico. Un periodista inicia una investigación sobre dichas desapariciones. La materia es suculenta para un buen reportaje.
Sigamos con los guiños y las referencias literarias que esta novelita fagocita con deslumbrante criterio. Resulta que Alicia parece mantener ciertos intercambios epidérmicos con algún que otro adulto. Su desparpajo y su sensual desenvoltura no parecen indicar algún tipo de coacción. Así podemos ir atando cabos. Resulta que el comportamiento de Alicia nos recuerda demasiado a la Lolita de Nabokov. Y resulta que hacia los años veinte, Vladímir Nabokov tradujo al ruso Alicia en el país de las maravillas. Y fue precisamente ese trabajo el que inspiró la hechura de su consagrado prototipo literario. Navidad y Matanza es una historia teñida de aires surrealistas, nada extraño también si no olvidamos que del libro de Carroll los surrealistas sacaron caros provechos. Dije más arriba que este libro era un juego sobre un juego. En principio. A medida que uno avanza por sus páginas, le va quedando una sensación de cierto temor metafísico y desasosiego. Éste también es un arte que exige mucha competencia. Recuerdo que en Estrella distante, Roberto Bolaño hace que un personaje, buscando una dependencia determinada, se equivoque y se introduzca justo en la que nunca debió entrar: en la que hay unas personas torturadas. En la página cuarenta y cuatro de este precioso relato Labbé repite el mismo mecanismo: un fotógrafo, buscando un lavabo se encuentra con una escena que me negaré a relatar. Es una visión muy inquietante que releí varias veces. Es posible que este año lea algunos libros de contrastada valía artística. Éste será sin lugar a dudas uno de ellos.

J. Ernesto Ayala-Dip

07 mayo 2007

CARLOS LABBÉ en CAMBIO 16


Aparece esta semana en la revista Cambio 16 la siguiente entrevista con Carlos Labbé a cargo de Natalio Blanco:
"Escribo buscando distintas voces"
Carlos Labbé es una de las plumas de Chile con un futuro internacional más prometedor. En su segunda novela, Navidad y Matanza, encumbra el poder literario de la alegoría.

¿Es la alegoría la mejor arma para denunciar injusticias como la estela de horror dejada por Pinochet?
Cada palabra que escribimos es ideológica o ninguna lo es, cada libro busca un lector, ni más ni menos, y creo que no hay otra acción responsable para la literatura que esto: decir el verdadero silencio, evitar el ruido, que la palabra no sea una redundancia en el vacío. Todos intuimos de quién es el negocio de la oquedad, y el signo de ese negocio: si la alegoría es una palabra medieval, escolástica, y hoy podemos hablar de que una novela que comunica el horror justamente soslayándolo -aunque apenas, con personajes que reciban heridas y un narrador tartamudo- es una alegoría política, es porque en estos tiempos vemos la lucha entre las huestes divinas y las del maligno como en un espejo. Como en cientos de espejos enfrentados, a través del avisaje, las estrategias comunicacionales, los montajes, las campañas o la mentira, el enfrentamiento es el mismo y siempre indecible. El horror que vivieron las víctimas de la tortura en Chile durante los setenta y ochenta -y hoy, antiguamente y mañana- no necesita del laberinto propagandístico de armas ni de denuncias, ni siquiera de testimonios, sino de que se logre ese silencio necesario para oír un compromiso hasta ahora inexistente.

¿Qué mensaje transmite?
Propongo hacerme eco de dos oposiciones que entrañan una unidad: la violencia policiaca busca siempre encontrar a un culpable, y la alegoría cristiana busca siempre leer en ciertas palabras los hechos de un redentor. Habría que volver a leer a Chesterton, concretamente El hombre que fue jueves, para preguntarse quién es Domingo, si de verdad es posible acceder a una verdad o si la investigación es un reflejo.

¿Por qué es un ensayo narrativo sobre el tacto?
La narración de Navidad y Matanza tiene como modelo el timbre del theremin, ese particular instrumento musical que para sonar -a diferencia de los instrumentos convencionales- exige no ser tocado. Las voces de los narradores, sus acciones, el motivo mismo de la desaparición que cruza el relato, buscan reflexionar sobre la contradictoria realidad de la distancia a la que nuestros cuerpos deben someterse para funcionar.

¿Hacia dónde camina su estilo narrativo? ¿En qué espejos se mira para crecer como escritor?
Quizás un escritor no crece, sino que va interviniendo sus propios libros y va permitiéndose interferir y que interfieran en sus propias ficciones para llegar donde sólo a él le está permitido. En ese sentido leo muchas novelas de diversos tiempos y procedencias, también ensayos y dramaturgia, y a veces poesía. Escribo y escribo buscando distintas voces, esperando una resonancia; leo la Biblia, leo el Dhammapada, ahora quiero leer a Swedenborg, a Bloy, a Pedro Prado, leo el diario y, lo más importante, converso.

NAVIDAD Y MATANZA en TIEMPO


La revista Tiempo también se ocupa estos días de Navidad y Matanza. Firma J. M. Goicoechea (en su sección "Los libros de la semana"): "Es, este Carlos Labbé (Santiago de Chile, 1977), una de las voces narrativas más prometedoras de América Latina. Navidad y Matanza son los nombres de dos pueblos, y forman parte del título de una novela compleja, que exige del lector un esfuerzo mayor del habitual. Varios planos de diferentes narraciones se cruzan en estas páginas, que pueden leerse como metáfora de algo... quizá de la dictadura de Pinochet."

NAVIDAD Y MATANZA en CALLE 20

Calle 20, la revista mensual del diario gratuito 20 minutos, publica en su número de mayo esta elogiosa reseña, firmada por Peio Hernández Riaño: "Es descarado, alegre y vehemente. ¿Un maldito más? Veremos. De momento, firma una de las citas literarias del año. Navidad y Matanza son dos pueblos con trampa, como esta fantástica novela de Carlos Labbé (Santiago de Chile, 1977). Ves el ardid nada más empezar: historias que se cruzan, vidas que se solapan, fórmulas cíclicas que confluyen en un todo. Lo mejor de este libro es que es un juego sin cartones del que no quieres salir una vez que lo has empezado; te conduce con suavidad hacia el clásico `todas las piezas encajan´, desde el empresario perverso y el músico vividor a la nínfula tormentosa, la orgía internacional y la droga enigmática. Sí, esto es un thriller a veces; otras, un relato sin historia (sólo con reglas); o también un reportaje de periódico; o un drama de familia extravagante; y, de vez en cuando, una novela que encierra otra novela. Total, que para gritar que `la literatura es una mentira´. Carlos Labbé monta un divertido tinglado con una pregunta de regalo: ¿sólo lo que sucede existe?".

06 mayo 2007

UN CLAVO EN EL CORAZÓN en el EP3 de EL PAÍS


El pasado viernes, el suplemento de tendencias EP3 del diario El País, destacaba en su sección "Puzzle", bajo el titular y subtítulo "Ahí le has dado. Otra deliciosa rareza de Periférica", Un clavo en el corazón, de Paulo José Miranda: "La carta de un noble intelectual en el Portugal del siglo XIX dirigida a su amigo y poeta Cesário Verde, que se centra en el amor y el arte. Éste es el último libro de una editorial que igual recupera los divertidísimos Pensamientos y rivarolianas, del siglo XVIII, que al último novelista chileno Carlos Labbé, con Navidad y Matanza." Un resumen, éste, de nuestro ideario que nos gusta especialmente.

RECUERDOS DE UN ESTUDIANTE POBRE en LEVANTE

El pasado viernes, 4 de mayo, el diario valenciano Levante publicaba en su suplemento Postdata una extensa y excelente reseña de Recuerdos de un estudiante pobre, de Jules Vallès, con un ladillo que anticipaba su contenido: "Vallès escribió en los últimos años de su vida esta excelente novela de aprendizaje". La firmaba Manuel Arranz.

Esplendor de la miseria


Todo el mundo sabe que uno de los mejores momentos para la novela fue la segunda mitad del siglo XIX, uno de los países donde más se desarrolló Francia, y una de las ciudades más novelescas de todos los tiempos, París. Muchas de las grandes novelas de la literatura universal se escribieron en aquella época, en aquel país, y en aquella ciudad, a cuya conjunción debemos también los mejores ejemplos de un tipo de novela que conocemos como novela de aprendizaje, entre las que se encuentra esta Recuerdos de un estudiante pobre, que es sin lugar a dudas una auténtica joya del género. Las novelas de aprendizaje tienen una curiosa característica en la que reside, creo yo, uno de sus mayores atractivos, y es que suelen ser novelas de madurez. Sólo cuenta su aprendizaje quien efectivamente ha llegado a aprender algo y ha adquirido en consecuencia una idea sobre el oficio, dos cosas que casi siempre van unidas. Y éste es también el caso de estos Recuerdos de Vallés, novela escrita en los últimos años de su vida y publicada originalmente por entregas, como solía ser también costumbre de la época.
Y ahora hablemos de la época. Una época de esplendor y miseria, términos estos que encontramos en tantos títulos de entonces y que tan bien la definen. Esplendor en el arte y miseria en la vida. Por cierto, al revés de lo que pasa hoy. Pero entonces hasta la miseria se tomaba con filosofía. La filosofía la hacía menos indigesta por decirlo así, y siempre será preferible a tomarla sola. "No miento", dice Jules Vallés. "Estos recuerdos no tienen precio, y sólo me alegra esparcirlos sobre el papel porque los ofrezco en su cómica exactitud, o en su dolorosa sinceridad ". Y así es, como comprobará el lector, aunque en ocasiones sea la sinceridad la que sea cómica, y dolorosa la exactitud. Por estas páginas pasa toda una época y los protagonistas, incluido el autor, de la misma. Muchos son hoy famosos, pues el esplendor de su arte logró imponerse finalmente a la miseria de su vida, aunque desgraciadamente, en la mayoría de los casos, fuera a título póstumo. Y muchos más todavía, que deslumbraron a sus contemporáneos con su cegadora pero al parecer efímera luz, han sido olvidados.
Vallés, a aquellas alturas de su vida, me refiero a la época en que escribió el libro no a la que relata en él, manejaba la pluma unas veces como un bisturí y otras como una porra, y es difícl saber con cuál de los dos instrumentos causó más estragos entre aquellos compañeros de fatigas de su airada juventud. Fue precisamente por aquellos años cuando se gestó la leyenda del barrio latino, bohemio, artista, intelectual y canalla, de la que Vallés nos ofrece aquí una imagen sin mistificaciones, tal vez un poco cínica, pero de un cinismo filosófico y que tiene toda la pinta de haber correspondido a la realidad. Y es que la distancia sirve para dos cosas. Para distanciarse de los hechos y olvidarlos o, algo todavía peor, mixtificarlos, o para recrearlos y tratar de comprender su verdadero significado y alcance, aun cuando éste no haya sido tan heroico los acontecimientos humanos no sólo no les quita grandeza ni, por paradójico que parezca, seriedad, sino todo lo contrario, y subrayarlo, como hace Vallés, es un recomendable ejercicio de humildad. Sólo hay una cosa que no se debe hacer nunca con la historia, ya sea la grande o la pequeña, y esa cosa es mentir, distorsionar los hechos, acomodarlos a los intereses del presente. No es honesto, y suele ser contraproducente. La historia de la que aquí se trata es la historia de la educación, la historia de las casas de comidas y las barberías con sus rozagantes barberas, la historia del aprendizaje de la geometría y del aprendizaje del hambre, de profesores ridículos y de alumnos sin escrúpulos. La misma historia de siempre que Vallés resume enuna lapidaria frase cartesiana: "Lucho, sufro, amo, odio, luego existo". En fin, un libro tan inteligente como ameno, que habla de cosas serias con humor. Es decir, todo lo contrario de lo que ya entonces empezaba a ser frecuente y hoy se ha convertido en norma: hablar de chorradas ex cátedra. Y sin que nadie se ría, para más inri.

Manuel Arranz

03 mayo 2007

NAVIDAD Y MATANZA en HERALDO DE ARAGÓN

El Heraldo de Aragón publica hoy, en la última página de su suplemento Artes & Letras, una reseña doble firmada por José Giménez Corbatón y dedicada -una parte- a La mesilla de noche, de Edgard Telles Ribeiro, publicado por Libros del Asteroide, y -otra parte- a Navidad y Matanza, de Carlos Labbé:

Labbé, con Onetti y Cortázar

Carlos Labbé es un joven escritor chileno (Santiago, 1977), estudioso de Onetti y de Bolaño, músico de pop, guionista de cine y de televisión, crítico literario, antólogo, editor y profesor universitario, según nos informa la solapa de esta su segunda novela, Navidad y Matanza, que publica por primera vez la cacereña Periférica. El volumen se presentó en Zaragoza en la librería Los Portadores de Sueños.
En efecto, las huellas de Onetti, pero también las del Cortázar más experimental, se vislumbran en esta novela corta. Labbé la define, de un modo aún más explícito que Telles, como "novela juego", fruto del lúdico entretenimiento literario que mantuvo con un grupo de amigos dedicados a pergeñar borradores de una novela fragmentaria siguiendo el compás aleatorio del juego de la oca. Los capítulos de Navidad y Matanza aparecen encabezados por números que no guardan correlación y lo cierto es que, al menos hasta la mitad de la novela, el lector podría leerlos en el orden que le viniera en gana.

Una mentira, un reto, el riesgo

El experimento es original, arriesgado, y exige mucha entrega por parte de ese mismo lector que desde el comienzo ha de aceptar formar parte de la lid, pues recompondrá él mismo una historia de la que también se le hurtan muchas claves, pero de las que, al mismo tiempo, se le brindan las suficientes para que su imaginación pueda desbocarse. La voz narrativa principal admite que se debería escribir "como un niño", y aboga por un público "esencialmente indefinido y tendente a los desbordes".
En otro momento admite incluso "escribir sobre la marcha", es decir, dando la máxima autonomía a los personajes -y al propio lector, que así podrá llegar a sentirse protagonista al albur de la lectura. La literatura ha llegado a ser, sentencia el narrador -el propio Labbé-, "una mentira". Pero aún puede salvarla el juego sometido a determinadas reglas.Un reto, en definitiva, muy estimulante, que llama a la aventura. Vale la pena correr el riesgo.

José Giménez Corbatón

NAVIDAD Y MATANZA en ABC

También el sábado pasado aparecía la primera reseña de Navidad y Matanza. Era en el suplemento de ABC, ABCD de las artes y las letras, y la firmaba Arturo García Ramos:

Aunque no es siempre el reflejo de una fórmula narrativa sutil, la ficción que establece las leyes de un mundo propio nos fuerza al hallazgo de los principios que lo justifican. La novela de este joven escritor chileno transcurre en un mundo que sólo es el nuestro por alusión, porque nos desconcierta con sus pretensiones de experimento científico-literario, en el que la cobaya somos los lectores. Alertados porque su lectura nos domina y la justificación de los hechos se nos escapa, tratamos de describir en qué consiste su delicado laberinto. Como en esas composiciones formadas por la suma de innumerables imágenes minimizadas, de cerca percibimos el contorno de una trama que al considerarla en perspectiva se transforma en otra realidad posible. Navidad y Matanza está formada de elementos tan dispares que cuesta concaternarlos sin la sensación de irreparable pérdida, pero si hubiera que mencionar un solo fundamento diríamos que su escritura encarna la virtualidad: lo que nos cuenta es un juego de espejos donde tratamos de encontrar sus vínculos con el mundo fijo. Pero lo único firme es el vacío del presente y un presentimiento que evoca este título: Si una noche de invierno...
Arturo García Ramos

UN CLAVO EN EL CORAZÓN en LA OPINIÓN DE LA CORUÑA y EL PERIÓDICO DE ARAGÓN


Comienzan a aparecer las primeras notas sobre nuestra edición de Un clavo en el corazón. El sábado pasado en La Opinión de La Coruña y El Periódico de Aragón. Resumimos ambas reseñas en estas palabras, que publicaba el último de los medios citados, ya que hablan precisamente de "celebración", del año de vida de este proyecto: "La editorial Periférica celebra su aniversario con la traducción al castellano de Un clavo en el corazón, del gran escritor portugués Paulo José Miranda.