editorial periférica

28 febrero 2007

LA IMAGEN Y LA RISA en LA OPINIÓN DE TENERIFE



El sábado pasado, 24 de febrero, La Opinión de Tenerife, en su suplemento de ciencia y cultura 2C, destacaba como novedad el nacimiento de nuestra colección "Pequeños tratados" y la publicación de La imagen y la risa de José Emilio Burucúa. Ésta era la nota:

Tratados
La Editorial Periférica ha puesto en marcha la colección "Pequeños tratados", en la que ofrecen diferentes ensayos con un importante trabajo editorial detrás: ensayos del pasado y del presente, firmados por autores de gran relevancia, o por nuevos ensayistas internacionales, que tratarán de explicar cuestiones de la cultura, la realidad y el hombre desde diferentes puntos de vista; y siempre "sostenidos" por una prosa exigente y de calidad. Hacer pensar, educar y entretener son tres de las aspiraciones de esta colección. El primero de los títulos de esta nueva colección es La imagen y la risa, de uno de los más prestigiosos historiadores del arte argentinos de la actualidad, José Emilio Burucúa. El libro, que incluye 16 grabados a todo color, es una fascinante indagación sobre la representación de la risa en el arte de la Europa moderna. Este ensayo procura descubrir cuáles fueron los mecanismos y las fórmulas inventadas por los artistas europeos de la primera modernidad para provocar con sus imágenes la risa de los contempladores. La imagen y la risa es un ensayo donde la portentosa erudición de Burucúa nunca fatiga. Para leer y aprender sin dejar de reír.
Ilustramos este post con uno de los grabados incluidos en La imagen y la risa y comentados por Burucúa: Le Castillan Desolé, de Louis Richer (Francia, 1642)
Enlace:
http://www.laopinion.es/media/suplementos/2007-03-03_SUP_2007-02-26_14_53_13_2c.pdf

PENSAMIENTOS Y RIVAROLIANAS en DIARIO DE MALLORCA

El pasado viernes 23 de febrero el suplemento Bellver del Diario de Mallorca publicaba, bajo el título "Maneras de pensar", una reseña doble de Pensar, de Vergílio Ferreira (Acantilado) y Pensamientos y rivarolianas, de Antoine de Rivarol (Periférica). La firmaba José Luis de Juan y reproducimos aquí una mínima parte de la misma:
"Los franceses, como sabemos, fueron muy proclives a escribir pensamientos. (...) Hubo grandes creadores de máximas, como La Rochefoucauld (...) Y ahora nos llega Antoine de Rivarol, escritor raro. El tiempo de la guillotina le enseñó esta frase: `El silencio nunca ha traicionado a nadie´. ¿Ven como se trata de una experiencia y no de "pensar"? Lo cual no impide que fuese brillante y certero cuando escribe, por ejemplo, el conde de Rivarol: `Hay que matar al orgullo sin herirlo, pues si lo herimos no muere´."

22 febrero 2007

LA IMAGEN Y LA RISA en LA RAZÓN

Hoy, el suplemento de libros del diario La razón dedica una interesante reseña a La imagen y la risa, de José Emilio Burucúa, firmada por Álvaro de la Rica y titulada "En el origen estuvo la risa":

Cae en mis manos, providencialmente, este tratado sobre "la imagen y la risa" del profesor argentino José Emilio Burucúa. No me resisto a comentar, a propósito, un fenómeno palpable en nuestro pequeño mundo literario (y conste que no estoy pensando sólo en el español). Me refiero a la aparición de un número considerable de nuevas editoriales que tienen en común un rasgo muy concreto. No es la dimensión pequeña que presentan al comienzo de su singladura. Pensar así es quedarse en la superficie de los hechos. Les une una ambición muy concreta: convertir la labor editorial en un género literario. Vaya tema para un buen libro de los que nos tiene acostumbrados Sergio Vila-Sanjuán.

Aventuras como la de las hermanas Ocampo en Sur, el Ortega de Revista de Occidente, la de Jacobo Siruela, la de Roberto Calasso en Adelphi o Vallcorba en su Acantilado, Sexto Piso en México, y me dejo muchas otras, aspiran a convertir la edición de libros en un arte. Las hay grandes, las hay pequeñas. Casi una forma de escribir y por eso es necesario leer los catálogos que publican todas ellas. El arte se alimenta de arte y la mejor edición consiste hoy en un ejercicio superlativo de intertextualidad. Los literatos de hoy son los editores, no los escritores. ¿Cabe pensar en algo más borgiano?

Archiliterario

La publicación por Periférica de La imagen y la risa es un ejemplo de esta tendencia. Inaugura una colección de tratados con una exposición sobre un tema tan especializado y como archiliterario. ¿Qué cara se le queda al lector si les digo que este libro trata de verificar el concepto de la "fórmula pathos", apuntada por el historiador del arte Aby Warbur a propósito de la resurrección renacentista del topos de la Ninfa, en la colección de 1034 grabados de la colección Marolles del Abate Villeloin? ¿Cuánta gente puede seguir un discurso que expone, mediante una cuidada taxonomia de las piezas, la tesis de la aparición de la majestas invertida y de la antininfa? No es que no se trate de un texto interesante. Lo es, y llega a conclusiones sorprendentes como lo que se refiere al cambio de percepción psicológica de las imágenes en el XVII a través del coleccionismo privado. Pero sólo esto no explica el porqué de una edición tan cuidada, dirigida a un público general. La explicación es que se trata de un capítulo del gran libro que los editores de Periférica pretenden escribir.
Se cuenta que Aby Warburg, el sabio que enseñó a la generación más brillantes de historiadores del arte de los últimos siglos, tenía la convicción de que sus males psíquicos, que eran graves y persistentes, se disiparían si los médicos del sanatorio en el que estuvo recluido le hubieran permitido leer en alto, sin interrupciones ni comentarios, su ensayo sobre El ritual de la serpiente. Kafka deseaba algo parecido por esos mismos años. La lectura de Burucúa podría también producir efectos terapéuticos en el investigador sabio y solitario. Y en el editor. ¿Cabe algo más borgiano?

Enlace: http://www.larazon.es/noticias/noti_cab21689.htm

18 febrero 2007

RECUERDOS DE UN ESTUDIANTE POBRE, de JULES VALLÈS

A partir de mañana, en todas las librerías, Recuerdos de un estudiante pobre, de Jules Vallès, segunda parte de nuestro proyecto de edición de toda su obra inédita en castellano, y del que Michel Tournier dijo: "De entre todas las obras de Vallès siento una especial predilección por Recuerdos de un estudiante pobre, un libro de memorias tan entrañable que siempre me pareció mejor que cualquier novela. Y, sin embargo, siempre lo leímos como una inmejorable novela, es decir, apasionadamente, deseando que nunca llegara el final".
Más información en: www.editorialperiferica.com

En el archivo de textos de este blog puedes encontrar varias reseñas sobre El testamento de un bromista, de Jules Vallès, que abrió la colección "Biblioteca Portátil" y fue el primer título de Periférica, recibido, por suerte, con estas palabras:

"El testamento de un bromista tal vez no sea el mejor libro de Vallès, pero es tan limpio, insumiso, inteligente, honesto, desolador y divertido que merecería ser un best seller." (Javier Cercas, EL PAÍS SEMANAL)

«El conjunto traza una historia de infancia y adolescencia que leída hoy presenta dos características que la hacen altamente recomendable. La primera es la mezcla de crueldad y ternura (...) La segunda es la modernidad de la escritura y la concepción misma del relato.» (José María Guelbenzu, BABELIA)

"El testamento de un bromista circula por los terrenos de la sátira decimonónica y la novela política (...) eludiendo decididamente el naturalismo. La narración de la desventurada infancia y adolescencia del bromista se convierte así en una pieza destacada del disparate, con afilados, saludables y, sobre todo, tronchantes efectos críticos." (Tarski D. Guzmán, LADINAMO)

17 febrero 2007

JUVENILIA en DIARIO DE CÓRDOBA

El jueves pasado, el Diario de Córdoba reseñaba muy positivamente uno de nuestros títulos más "longevos", Juvenilia, del que os hablábamos hace poco a propósito de la reseña aparecida en Revista de libros.
Nos alegra especialmente que títulos que en su momento tuvieron menos eco en prensa que otros libros de Periférica, por su aparición en fechas "complicadas" (Juvenilia lo hizo en pleno mes de julio), encuentren con el paso de los meses el lugar crítico que merecen; sobre todo, porque ello dará a conocer esta obra, estas obras, a los lectores para los que antes pasó inadvertida.

Israel Centeno en EL IMPULSO


El interés por la obra de Israel Centeno y la publicación de Iniciaciones en España continúa... y aumenta: siguen llegándonos propuestas de editores europeos para traducir esta novela corta a otros lenguas... y también una entrevista reciente en el diario venezolano El Impulso.

A partir de LA IMAGEN Y LA RISA en EL PAÍS

Hoy, el suplemento Babelia del diario El País, en su sección "La crónica", publica un interesante artículo del escritor y crítico de arte cubano Iván de la Nuez sobre la risa en el arte a partir del primer título de nuestra nueva colección, "Pequeños tratados": La imagen y la risa (obra de José Emilio Burucúa).


LA RISA DEL ARTE
En este fin de semana en el que centenares de obras y artistas se exhiben en la madrileña Feria Internacional de Arte Contemporáneo (Arco), el escritor cubano reflexiona sobre el arte de la risa y la risa en el arte. Sobre cómo algunos creadores han intentando quitar solemnidad a sus trabajos y lo importante de esta actitud para la creación y para el público. Un repaso a las bondades y virtudes de ese gesto, sin que sea una apelación a la frivolidad.

La solemnidad no es siempre una buena invitada del arte. Suele traer consigo unas alforjas demasiado pesadas; lastres que concentran el peso trágico del mundo. Injusticias y guerras, privilegios y desigualdades, riquezas y miserias son temas que, ciertamente, admiten pocas alegrías y componen la esencia misma de los proyectos artísticos. Pero también los contaminan con sus causas y se expanden sobre ellos con la corrosión de un virus. Crean el peligro de que el artista acabe, ante tales problemas, como "el niño del espejo" y repita, con la mano cambiada, todos y cada uno de esos vicios tan propios de los poderes que detesta.
Es por eso que, más de un creador, se siente llamado de vez en cuando a cambiar el registro, despojarse de la seriedad del drama y desplazarse, en dirección contraria, mediante la risa y el sarcasmo. Ese deslizamiento no es nuevo. Todos tenemos presente al Duchamp del urinario o el bigote en la Gioconda. Sin embargo, desde mucho antes los creadores se sintieron confortables en las zonas cómicas del arte. De ello da buena cuenta un libro reciente de José Emilio Burucúa: La imagen y la risa (Periférica). Allí recorre esa sonora tradición de los primeros modernos, en la que las carcajadas acompañaban a los grabados de Françoise Langlois, Nielo Nelli, Louis Richer, Iaspar Isaac, Lagniet, Pierre Bertrand o Jean de Gourmont. Tanto Burucúa como Emilio Temprano, en El arte de la risa (Seix Barral), persiguen el rastro entre Giordano Bruno y Aby Warburg, Rabelais y Carlo Ginzburg, Cicerone y Hobbes, Goethe y Arthur Koestler. Para éstos y otros, la risa responde a motivos de todo tipo: políticos o anatómicos, cultivados o primitivos, fisiológicos o culturales, éticos o estéticos. En esa línea, cuando la revista Exit dedicó un número al tema, el editorial de Rosa Olivares catalogó a Erwin Wurm, Teun Hocks, Maurizio Cattelan, Sarah Lucas, los hermanos Chapman, Karen Knorr, Pedro G. Romero, Martin Parr o Miguel Calderón como artistas que ríen, si bien cada cual con distinta intensidad, sofisticación o eficacia.
Bien mirada, la risa no deja de ser una legítima defensa ejercida desde la precariedad del arte. Como si al atribuido carácter risible de las propuestas artísticas los creadores respondieran con la reafirmación del carácter artístico de la risa.
Si en la tragedia, tal como lo percibió Oscar Wilde, se da la situación de que "lloramos, pero salimos ilesos", en la comedia, por el contrario, y bajo la ilusión de una diversión, nuestras lesiones pueden ser más rotundas e irreversibles.
Redención y resistencia, agresividad y defensa, la risa del arte explota además la política de la disolución a través de eso que Slavoj Zizek ha reivindicado como "las metástasis del goce".
Está claro que la risa brota de un cierto maniqueísmo, y que éste provoca, según el caso, la alineación necesaria para la burla -el bien y el mal, el gordo y el flaco, el rico y el pobre, el civilizado y el bárbaro-. Esa asimetría es el motivo de que algunos estrategas hayan terminado engullidos por el escarnio de los artistas. Así, buena parte de los artistas de la llamada "otredad", se reían de los mitos exóticos con los que el multiculturalismo biempensante los incluía en sus discursos. Como algunos artistas del mundo ex comunista, que emplearon la comicidad para digerir las noticias de su recién estrenada democracia liberal. Antiguos enemigos del estalinismo, como Milan Kundera, Komar y Melamid, Frank Thiel, Boris Mikhailov o Ilya Kabakov, sacaron a relucir una socarrona "risa del Este", para paliar su desconcierto ante las nuevas realidades.
Como han visto tan bien Chaplin, Buster Keaton, los hermanos Marx o Peter Sellers, hay un punto culminante en el momento que el arte se ríe de sí mismo. Y no sólo por la dosis de autocrítica o supuesta humildad que esto contenga, sino porque ese ejercicio no es más que una forma de conseguir un pasaporte para pasar la frontera y, acto seguido, reírse de los otros sin la necesidad púdica de cubrirse las espaldas. La risa del arte sobre sí mismo aparece, entonces, como el primer paso para abordar más tarde la demolición de todo lo demás. Puesto que muchas veces se vale de fórmulas que no pueden repetirse (perderían su efectividad), hay en lo cómico algo efímero y evanescente; un estado de excepción. En la risa, como en el carnaval, tiene lugar fugazmente lo que Mijaíl Bajtín entendía como el mundo al revés. Y, como el carnaval, la risa tiene la virtud (y el problema) de canalizar la violencia.
Pero está claro que la vida no es siempre un carnaval y que la propia imagen del artista se nos presenta a menudo como torturada y terrible. El cine mismo ha sido propenso a esta visión casi melodramática. Ahí tenemos al Van Gogh de Kirk Douglas, al Jackson Pollock de Ed Harris, el Francis Bacon de Derek Jacobi o el Jean-Michel Basquiat de Jeffrey Wrigth. Seres atormentados, devastados por adicciones varias, enmarcados en la categoría heroica del genio. A menudo no son dueños de su destino, como el personaje de Julio Cortázar en El perseguidor, esa formidable construcción de Charlie Parker, en la que el artista, él y sólo él, sabe los límites que todavía no ha explorado y vive bajo la angustia de un déficit creativo que no está a la vista de sus admiradores pero que él sí puede calibrar.
No se trata, pues, de entender la risa como una apelación a la frivolidad. Aún más, es factible en nuestros días un paralelismo con esos primeros modernos de La imagen y la risa. En nuestro presente, como en aquél de la modernidad temprana que investigó Burucúa, "ante el hombre de guerra que nos amenaza y nos infunde miedo", lo cómico puede afianzarnos como sujetos para restaurar "nuestra alianza con el mundo".
Ahora mismo, muchos de los que trabajamos en eso que una vez se llamó el sistema del arte coincidiremos en una feria. Miles de metros donde se cruzarán los alternativos y los mecenas, la casa real y la vida irreal, las buenas causas y los ministros, la protesta por la guerra y los negocios, las ventas y las decepciones. Kilómetros de vanidad -"sin bambas, mal asunto", ha certificado un colega mordaz- donde agradeceremos que se escuche también, cruda y estentórea, la carcajada del arte.


Iván de la Nuez

13 febrero 2007

JUVENILIA en REVISTA DE LIBROS, PASOS EN LA ARENA en VANIDAD, LA IMAGEN Y LA RISA en EL FARO DE MURCIA

Mientras siguen las muy positivas primeras reseñas de nuestro último título, La imagen y la risa, que abría la colección de ensayo "Pequeños tratados" (recientemente, en el diario murciano El Faro), nos alegra comprobar que otros libros con varios meses a la espalda siguen vivos, como Juvenilia, de Miguel Cané, un evocador clásico argentino que publicamos en julio pasado y que Revista de libros reseña este mes en su última página de un modo ejemplar, y no sólo por los elogios ("Esta edición pequeña y deliciosa de Periférica, compuesta y encuadernada con esmero, invita justamente a disfrutar del placer del texto", así concluye Mario Schinola su nota).

Y, cómo no, Pasos en la arena, de Remy de Gourmont, sigue seduciendo a la críticas y a los lectores, cosechando éxitos: un sinfín de reseñas. La última aparece (también en el número de febrero) dentro de las páginas de la revista de tendencias Vanidad y comienza así (con la firma de un buen lector, Roberto Herreros, a quien hemos de agradecerle su constante apoyo): "La editorial Periférica, uno de los proyectos editoriales más interesantes que han aparecido en mucho tiempo, continúa su apuesta por la recuperación de escritores injustamente olvidados o desatendidos".

INICIACIONES en QUÉ LEER

La revista Qué leer selecciona entre los libros del mes de febrero, para su "cata" en internet de los primeros capítulos de novelas destacadas, nuestro Iniciaciones, de Israel Centeno, del que también publican (ya en la versión papel) una pequeña nota informativa. Aquí puedes leer el primer capítulo:
http://www.especialeshf.com/publicid/mmedia/ql_pdf/index.html

01 febrero 2007

GINA en TIEMPO y PASOS EN LA ARENA en TENDENCIAS


Dos revistas de difusión masiva, TIEMPO y TENDENCIAS, presentaban recientemente en sus "escaparates de libros" dos propuestas de Periférica:

Tiempo, en su sección "Los libros de la semana", se ocupaba de Gina, de Rodrigo Soto, que, precisamente, acaba de ganar esta misma semana el Premio Nacional de Cuento de Costa Rica por su libro de relatos Floraciones y desfloraciones. (Este premio se concede al mejor libro publicado el año anterior.)

Tendencias, en su número de febrero, destaca Pasos en la arena, de Remy de Gourmont. La "fashion magazine", como se subtitula Tendencias, destaca la conexión de Gourmont con Rivarol, al que también comentaron, y con elogios parecidos, en esas páginas.