editorial periférica

23 noviembre 2006

TORQUEMADA EN LA HOGUERA en TIEMPO


La revista Tiempo recomienda en la sección "Los libros de la semana" de su último número nuestro Torquemada en la hoguera. Con estas palabras, que firma J. M. Goicoechea:
"No sólo de episodios nacionales vive el lector de Galdós, ni mucho menos. Francisco Torquemada, personaje secundario de Fortunata y Jacinta, se convirtió en protagonista de una serie de novelas cortas. La avaricia, el interés material por encima de todo, la mediocridad, la maldad son las señas de identidad de este tipo. ¿Alguien dijo que la literatura del siglo XIX no era actual?".

20 noviembre 2006

INICIACIONES en EL PAÍS

El pasado sábado, 18 de noviembre, J. Ernesto Ayala-Dip firmaba en las páginas de Babelia, suplemento de El País, la siguiente reseña de Iniciaciones, titulada "La herida de la juventud":

"La novela de iniciación tiene una larga tradición en la literatura universal. El escritor venezolano Israel Centeno (Caracas, 1958) transita por este género en Iniciaciones. Y lo hace desafiando, a la vez, la pulcritud y la instantánea eficacia que exige la novela corta. El tránsito de la adolescencia a la adultez tiene como premisa en la novela la descripción del dolor y el éxtasis que provoca todo aprendizaje sentimental. En ese aprendizaje está comprometido el propio cuerpo, que tiene que buscar su acomodo en un paisaje de decepciones y tristezas, los alimentos terrenales que diría el joven Gide. No se trata de salir indemne. En la novela de iniciación de lo que se trata es de rendir honores a las heridas de juventud. En su novela, Israel Centeno trabaja su historia con el arrebato corporal y las preguntas que no siempre tienen respuesta.
A todo ello, Centeno suma la arquitectura. Iniciaciones es una historia de vehemencias varias. El salto del campo a la ciudad (Caracas). Del país al exilio voluntario (París, la ciudad que mejor metaforizó todos los exilios impostergables). La fricción sensual entre miembros de una misma familia, un cierto aire de promiscuidad iniciática.
Israel Centeno crea cuatro voces. Cada una es un relato independiente del otro. Pero los cuatro lo son de la frondosa historia familiar que pasa ante nuestros ojos. Y como toda historia familiar, no es ajena a la historia de una comunidad social. Iniciaciones tiene bastante de radiografía sociológica en sordina. Pero volvamos a la arquitectura. En una novela como la que comentamos, en la que la brevedad es un asunto que va parejo al tema que desarrolla, la tensión psicológica y la precisión en la escritura exigen sincronización, la ilusión de que una de sus instancias nunca queda subordinada a la otra. Difícil equilibrio que Centeno consigue plenamente.
Es probable que los lectores de esta novela recuerden una pieza maestra de la narrativa de iniciación sentimental como es Fermina Márquez, del escritor francés Valéry Larbaud. El hijo de una adinerada familia suramericana que estudia en París, y su enamoramiento.
Israel Centeno trata igualmente la esperanza y la desilusión repartidas en distintas voces. Pero a la delicadeza de trazo psicológico que desbordaba Larbaud, Centeno la sustituye por elipsis que no esconden, así y todo, la derrota final del refinamiento moral ni esa violencia latente y no tan latente que pende sobre estos personajes en busca de algún tipo de salvación individual, de clase o generacional. La densidad que disimula esta novela es la propia de los relatos de esta especie.
Centeno habla de una experiencia iniciática casi diríamos generacional. Inserta en la opacidad y la desorientación. La construcción de estas cuatro voces diluye la tentación prototípica del héroe tradicional en la novela de aprendizaje.
No se trata de un cuerpo y una conciencia determinada, sino de un cuerpo social que parece naufragar sin conciencia."

Enlace: http://www.elpais.com/articulo/narrativa/herida/juventud/elpbabnar/20061118elpbabnar_11/Tes/

17 noviembre 2006

INICIACIONES en DIARIO DE CÁDIZ


En la sección "Libro recomendado" del Diario de Cádiz, publicaba ayer Tamara García la siguiente reseña de Iniciaciones:

"León, Amelia, Andrés y Bárbara son las cuatro voces de la que se sirve el escritor venezolano Israel Centeno (en la fotografía) para armar su visión del universo adolescente en Iniciaciones.
En poco menos de cien páginas, el narrador se las arregla -muy bien, además- para invitar al lector a pasar a una casa donde la extrañeza, el odio, el amor y el morbo de los primeros encuentros tejen una complicada historia familiar que será revelada de forma fragmentada por algunos de sus protagonistas.
Latinoamérica. Segunda mitad del sigo XX. Hosco mundo rural. Tres jóvenes, tres primos, dos de ellos hermanastros, viven sus primeras experiencias en el marco de un ambiente familiar misterioso, de imbricadas relaciones sentimentales. El pasional adolescente Andrés, su hermanastra Bárbara, en esa frágil edad preadolescente, y el sentimental y complicado Leo nos darán las claves de una historia que ocmienza en la adolescencia pero que, poco a poco, se mueve al pasado y al futuro. Dos tiempso que se verán marcados, fuertemente, por el período pubescente. Mientras, Amelia, madre de Andrés y Bárabara, desvelará algunos de los misterios que rodean a los personajes.
Iniciaciones es una novela de factura sobresaliente. La carga sexual es más latente que evidente. Así, la obra gana en emoción, profundidad y un trasfondo de búsqueda de libertad. Centeno se convierte en un fotógrafo del deseo y la insatisfacción".

13 noviembre 2006

GINA en ABC, LEVANTE, EL CORREO, LA RIOJA y LA VOZ DE CÁDIZ

El pasado sábado, 11 de noviembre, Arturo García Ramos reseñaba Gina en las páginas del suplemento cultural de ABC:

"El costarricense Rodrigo Soto ha emprendido en esta novela el retrato de una mujer compleja cuya existencia parece fluir en dirección contraria a la que nos propone el mundo. Gina no es una mujer de hoy, porque no es el retrato de una persona real -ninguna lo es en una obra de ficción. Pero sí alguien que ha debido escoger entre algunas de las más importantes encrucijadas a que nos obliga el presente; este mundo que habitamos y que constantemente nos interroga acerca de sus dolencias más graves. Gina debe elegir cuál será su papel en el mundo, a qué aspira y qué cumple sus deseos en todos los ámbitos. Esta estudiante de antropología, quien un día sintió que el deseo de tener un hijo era impostergable, aunque eso supusiera abandonar su vocación de investigadora, vive el sueño del amor y su desencanto, se rebela contra los cuatro modelos que la educación materna le ofrece para desenvolverse como mujer adulta y trata de conciliar, del modo menos traumático posible, el generoso idealismo que la impulsa a ayudar a las razas indígenes y a los desfavorecidos con las imposiciones a que nos obliga la modernidad. Gina es alguien con quien podemos identificarnos, incluso los hombres."

Y ayer miércoles, 15, días después de que Levante (Valencia) destacara esta novela, lo hacían también los suplementos de los diarios El Correo (de Bilbao) y La Rioja (de Logroño). Estos dos últimos reproducían la misma reseña, sin firma y titulada "El papel de la mujer", donde se destacaba un elemento de la novela que quizá no habían resaltado hasta ahora otras reseñas: el humor.
La nota, después de indicar que Gina era también una novela "crítica y amena", concluía de este modo: "La protagonista del relato sabe trazar un corrosivo fresco social de la realidad latinoamericana y de la modernización femenina".

El 19 de noviembre, miel sobre hojuelas, aparecía de nuevo esta reseña en La voz de Cádiz.

08 noviembre 2006

GINA en LA NACIÓN de Costa Rica


Uno de los principales diarios de Costa Rica, La Nación, se hacía hoy eco de la publicación en España de Gina. Éste es el texto:

La editorial Periférica llevó a las librerías ibéricas el texto titulado Gina.
Reseña en el periódico El País la califica como una "pequeña joya".

por Doriam Díaz

La editorial Periférica publicó en España la novela Gina, del escritor costarricense Rodrigo Soto (San José, 1962).
Actualmente esa obra de 112 páginas se encuentra bajo el rótulo de "novedades" en las principales librerías de ese país europeo y también de América Latina.
La novela Gina toma prestado el nombre de su protagonista. Es un texto que hace un retrato de una mujer que es muchas a la vez y que recorre temas como amor, matrimonio, sexo, maternidad y autosuficiencia, entre otros.

Primera reseña española. En tan solo sus primeros quince días de venta, la obra de Soto obtuvo una reseña en el destacado periódico español El País.
El pasado 4 de noviembre Javier Goñi calificó esta novela breve e intensa como "una pequeña joya", en su artículo aparecido en el suplemento cultural Babelia.
"Dentro de los valiosos nombres que de allí nos llegan continuamente..., Rodrigo Soto lo hace, sin ruido, con una novela de prosa muy viva, fragmentada, por donde atraviesa Gina", agregó Goñi.
Asimismo, el reseñista agradeció a Periférica el permitirle conocer a Soto y afirma que no sería de extrañar que en un futuro cercano aparezcan "barcos de mayor calado" del escritor costarricense, debido a que Periférica promete más obras suyas.

De interés. Con la obra de Soto e Iniciaciones, del venezolano Israel Centeno, la editorial Periférica apuesta a autores "interesantes" de la literatura latinoamericana actual.
"Autores ya prestigiosos en sus países de origen, pero nunca publicados o distribuidos en España, salvo en revistas, periódicos o antologías", detalla el comunicado de prensa del sello.
Rodrigo Soto, autor de La estrategia de la araña y Floraciones y desfloraciones, es un escritor destacado en el país. Además, tampoco es un completo desconocido en el extranjero ya que está incluido en prestigiosas antologías internacionales como McOndo (Mondadori, 1996), Líneas aéreas (Lengua de trapo, 1999) y Pequeñas resistencias (Páginas de espuma, 2004).
Soto se graduó en Filosofía en la Universidad de Costa Rica y en guión cinematográfico en la Universidad Autónoma de Madrid. Además de escribir, es productor y director de documentales.


Enlace: http://www.nacion.com/ln_ee/2006/noviembre/08/aldea887908.html

06 noviembre 2006

Entrevista con Israel Centeno

El domingo 5, Liborio Barrera entrevistaba a Israel Centeno para el suplemento Cuadernos de El Periódico de Extremadura. Creemos que la entrevista, muy interesante, merece ser reproducida.

"SOY UN HIJO DEL BOOM"
El escritor venezolano Israel Centeno irrumpe en el panorama narrativo de España con Iniciaciones, una novela corta sobre la adolescencia, que publica la editorial extremeña Periférica.

Nacido en Caracas en 1958, Israel Centeno es, además de narrador, editor y poeta. Entre sus novelas destacan Cayetana (1992, Premio CONAC), Criaturas de la noche (2000) o Bengala (2005).

Escribió Iniciaciones hace 10 años. ¿En qué circunstancias lo hizo?
Es una novela que se inscribe dentro de una tradición y recoge las resonancias de voces que fueron importantes para mí (Antonio Márquez Salas, Gustavo Díaz Solís, Rómulo Gallegos y el Guillermo Meneses de Campeones). Para mí era importante conciliar las formas de expresión con las historias. En Iniciaciones, un texto de reconocimiento vital, hay una búsqueda manifiesta en los fragmentos de un absoluto existencial: la adolescencia y el tema de la adolescencia. En ella todavía podemos encontrar un paisaje que nos es común, un territorio interior compartido. Fue mi tercer libro editado y daba continuidad al tránsito y a la consolidación de una voz que se reconocía (la mía), y necesitaba contar de cierta manera.


Sexo, violencia, turbiedad pueden asociarse a Iniciaciones.
Si vamos al detalle, cada uno de estos elementos puede asociarse a la historia de cualquier persona, en mayor o menor medida. Incluso a la vida de algunos santos. Ahora bien, esta novela, como lo dice su título, toma el registro de una etapa de la vida signada por estos tres elementos. La visión del adolescente es confusa y turbulenta en estos temas. Es un momento en que se cree que todo está claro, pero en realidad, todo está oscuro.

Ha declarado que el riesgo como una condición de su literatura. ¿Cuál fue el riesgo en Iniciaciones?
Iniciaciones le daba continuidad a mis primeros dos libros. Sin embargo, forzaba un poco más la barra en el aspecto formal. Allí estuvo el riesgo y sobre todo en tratar de concertar las tentaciones de ruptura estilística con las necesidades de reconciliación, buscar el equilibrio, la sensatez, comprendernos insertos en la modernidad sin perder las perspectivas del país que fuimos, que somos, o que vamos siendo. Esto incluye a la Hispanidad como una patria de lengua común y de tradiciones compartidas. De mi generación se dijo que hacíamos nuestra la voz de la urbe. En esta novela hay una vuelta de la urbe hacia la provincia y de la provincia hacia las grandes metrópolis: una ciudad está en un país de una o dos ciudades, un país de pueblos, deshabitado, de grandes migraciones y ese país y esa ciudad a su vez están en el mundo. Los personajes de la novela se mueven en estos escenarios.

¿Cuál es su relación con la tradición literaria de su país?
Yo me reconozco en la tradición literaria venezolana que en algún momento fue leída en España. Cuando hablo de ella, estoy hablando de Rufino Blanco Fombona, Teresa de La Parra, Rómulo Gallegos, Miguel Otero Silva, Julio Garmendia, Guillermo Meneses, Salvador Garmendia, Oswaldo Trejo, Antonia Palacios, Adriano González León, José Napoleón Oropeza, Ednodio Quintero, Eduardo Liendo y Denzil Romero, entre otros muchos. Ahora trabajo muy cómodamente junto a otra gente de mi generación y leo con detenimiento a los que están comenzando a publicar.

¿Qué deudas lectoras tiene presentes en relación a otros países?
Soy un hijo de lo que se llamó el boom literario latinoamericano. Lo digo sin rubor. A partir de ellos llegué a la literatura universal y a partir de ellos aprendí a comprenderla.

¿Qué significado tiene para usted publicar en España?
Mucho. España sigue siendo el centro integrador de la Hispanidad. Es un mercado más grande, hay lectores generosos y el trabajo editorial es profesional. Para hablar en términos beisboleros: es como pasar a las grandes ligas. Porque en España hoy día nos reencontramos todos.

Su vida en Venezuela no parece fácil. Ha manifestado opiniones contra Hugo Chávez. ¿Qué dificultades tiene?
-Esta pregunta es difícil de responder, creo que han caído muchos referentes en estos últimos años. Mi vida se ha vuelto difícil en la proporción en la que el Estado y el Gobierno o un proyecto político se han confundido, en la medida en la que la modernidad ha perdido espacios y todo pareciese reacomodarse como en el siglo XIX o principios del siglo XX, a los caprichos de una figura fuerte o a la del famoso tirano necesario. En Venezuela el Estado, desde hacía tiempo, no sólo regulaba y controlaba el quehacer de sus ciudadanos, estamos hablando incluso antes de la era Chávez, de un Estado omnipresente y con recursos, la famosa chequera venezolana. Mis dificultades son aquellas que produce una actitud crítica y de disenso en una situación como la que estoy describiendo. Disentir en este país lo convierte a uno en realista, vendepatria o traidor.

¿De qué manera la inestabilidad en el caso de Venezuela repercute en su literatura?
Este es un Estado muy rico. Las editoriales y las instituciones culturales están supeditadas a él. Un Estado que es a la vez ?el proceso? o el caudillo. Esto es una gran limitante. Sin embargo, a muchos esta situación nos ha estimulado a aprender a continuar siendo; nos ha llevado a hacer apuestas en editoriales privadas, a buscar con más ahínco y determinación ediciones fuera del país, y a abandonar el regodeo endógeno que a veces permite un país donde una chequera petrolera sabe sobar, halagar y doblegar los egos.

GINA en EL PAÍS


Hace escasas semanas comenzaba nuestra apuesta por la literatura actual (a la que seguirán nuevos títulos de la Europa cercana, en traducciones que verán la luz a lo largo de 2007 y 2008).
Los dos primeros autores contemporáneos eran el costarricense Rodrigo Soto y el venezolano Israel Centeno, dos escritores con una sólida trayectoria ya pero casi desconocidos en España, lo que vamos a tratar de remediar, ya que no sólo publicaremos estas primeras novelas, sino que a lo largo de los próximos años iremos presentando a los lectores de España y América Latina otros títulos relevantes de su carrera, además de algunos inéditos.
Cuando comenzamos a trazar el proyecto de Periférica nos marcamos dos objetivos claros (ligados entre sí, pues el contexto de clásicos debía crear a su vez el de autores contemporáneos... además de establecer "líneas de contacto" y conexiones entre unos y otros; las conexiones que, estamos convencidos, existen entre ellos, y que hemos rastreado durante años antes de dar a luz Periférica): por un lado, la "recuperación" de nombres fundamentales de la literatura de los últimos siglos nunca traducidos al castellano, o poco difundidos durante estas décadas; por otro, la "presentación" (sobre todo al lector español) de algunos de los escritores más interesantes de la actualidad internacional, en especial de Europa y América Latina.
El doble lanzamiento de Gina e Iniciaciones responde a este último objetivo, y queremos, desde este blog, celebrar la acogida que están teniendo sus novelas tanto en las librerías como en las mesas de redaccción de los medios españoles y latinoamericanos.
Ya se han hecho eco de su aparición varios suplementos regionales, pero este último sábado el "doblete" con excelentes críticas en ABC y El País supone, sin duda, una ayuda importante para difundir el trabajo de Soto y Centeno, y la confirmación de que nuestra apuesta merecía la pena.
Era Javier Goñi quien firmaba esta reseña de Gina en Babelia:

Otros ámbitos
La lectura, a cierta edad, es sumamente arbitraria y caprichosa y uno leyó, hace mucho tiempo, una antología heredada, en papel deleznable, de posguerra atroz, Los mejores cuentistas hispanoamericanos, una selección de la A, Argentina, a la V, Venezuela, de un tal José Sanz y Díaz (Revista literaria Novelas y Cuentos, marzo de 1949), y me quedé con la portada de Manolo Prieto donde venían, coloreados, los distintos países, incluso ese quebradizo brazo centroamericano que une lo inabarcable, donde cabía Costa Rica, que no tenía fuerzas armadas, pero sí -de hacerle caso al tal señor Sanz y Díaz- cuentistas excelsos, poetas notables e interesantes novelistas, como no se olvidan de señalar recientes antólogos como Eduardo Becerra (Lengua de Trapo), Enrique Jaramillo Levi (Páginas de Espuma) o, hace diez años, Alberto Fuguet y Sergio Gómez, editores del irreverente McOndo (Mondadori), donde ya aparecía un relato de Rodrigo Soto (San José de Costa Rica, 1962), que también es incluido en los libros anteriores (no, claro, en la vieja y nunca olvidada, no sé por qué, antología de Novelas y Cuentos).
Quiero decir, con esta arrancada desde tan atrás, que bienvenido sea Rodrigo Soto, un escritor, con cierta obra, nada conocida en España hasta ahora (salvo las antologías citadas) y en quien con buen ojo se ha fijado un pequeño editor que nos ofrece, a la gran familia lectora en español -dicho sea sin retórica-, esta pequeña joya, una novela breve e intensa, con nombre de mujer, Gina, buena nota (la describe así Soto), que es una excelente primera aproximación a un escritor de Costa Rica, con un hueco entre los nuevos de la literatura del otro lado del charco, tras los Macondos y los McOndos. Dentro de los valiosos nombres que componen el estupendo bestiario que de allí nos llegan continuamente -con visado o sin él, pero todos ellos con papeles- desde México, el coloso, hasta Argentina, paciente convaleciente de diván, Rodrigo Soto lo hace, sin ruido, con una novela de prosa muy viva, fragmentada, por donde atraviesa Gina, esa buena nota, con todos los imprevistos de su vida a hombros, incluidos hijos, sueños, (des)amores, y por donde atraviesan también ráfagas de historia reciente -Somoza, sandinistas- del mezclado y frágil brazo que une a pulso las dos mitades del continente, de gran tonelaje ambas. Tal vez esta novela, por tonelaje -ya que estamos en ello-, y porque su autor es costarricense -una literatura de poca presencia entre nosotros- no hubiera tenido cabida, en un primer momento, en otra editorial de más catálogo. Existen -ya antes de Capote- otras voces y otros ámbitos y una editorial como Periférica hace honor a su nombre proporcionándonos la oportunidad de conocer a un escritor como Rodrigo Soto. Aunque se anuncian otros títulos suyos en la misma casa editora, no sería de extrañar que fuesen apareciendo ya por el horizonte barcos de mayor calado deseosos de hacerse con la presa. Si así fuese, a esta cuidada y elegante editorial le cabría la satisfacción de haber sido la primera.

INICIACIONES en ABC


El pasado sábado, 4 de noviembre, el suplemento cultural del diario ABC publicaba la siguiente reseña de Iniciaciones. La firmaba el crítico de literatura latinoamericana de dicho suplemento, Arturo García Ramos.

Fábula «de-constructiva»
Iniciaciones es el relato de cuatro historias -tituladas con el nombre de sus protagonistas- que simulan cierta independencia. Y así se obliga al lector a conocerlas, en el orden al que nos somete la lectura sucesiva. La vida de cada personaje da cuenta de un rito de iniciación, una experiencia sufrida y traumática que lleva a cada uno a penetrar en un nuevo espacio, en una redefinición de sí mismo. Los lazos familiares unen esas vidas; de modo que cada historia se va tejiendo en relación evidente con las otras, pero el último rito de iniciación es elmás sospechoso de todos; es el rito de la escritura, y nos hará dudar de todo lo precedente. Vistas en conjunto las cuatro psi­cologías que componen la obra -dos masculinas y dos femeninas- repre­sentan un catálogo de frustraciones en el que los varones se sitúan en el polo más violento y tribal, en tanto que las mujeres procuran dar el salto a la civilización (Europa, la cultura, el progreso...), pero se enredan en un destino no menos destructivo. Israel Centeno ha buscado revisar con su fábula la lectura de la realidad vene­zolana que propuso su compatriota Rómulo Gallegos en Doña Bárbara; pero revirtiendo los valores de atraso y progreso, para proponer un análisis en el que la modernidad sale tan mal parada como la brutalidad que predomina en el aislamiento rural.
Periférica recupera a este escritor venezolano prácticamente desconocido en Es­paña. Puede decirse de Iniciaciones que tiene los rasgos característicos de una novella, una narración que por sus dimensiones ya no podemos conside­rarla un cuento, y que solemos confor­marnos con decir que es una «novela corta». Pero a lo que apunta ese límite en el espacio es a otra serie de rasgos que afectan al modo mismo de narrar; porque como en el cuento, hay en la novela corta una concentración de los hechos, desnudos, una depuración de todo lo que es digresivo o accesorio y una ficción que se compensa por el cuidado de la técnica. Israel Cen­teno ha convertido la narración de la biografía de los miembros de una familia de los llanos de Venezuela en un experimento. En el mejor sentido, podríamos hablar de que la lectura de esta historia constituye una aventura de-constructiva.